Juan Paulo Roldán – Cooperación académica internacional en América Latina: algunos avances desde la Alianza del Pacífico

Las instituciones de Educación Superior deberían avanzar más en el objetivo de potenciar sus programas de postgrado y en las sinergias que podrían generarse con sus socios latinoamericanos. Sólo de esta manera, la educación podrá contribuir a favorecer la integración en el contexto de América Latina. 

América Latina en el dinámico contexto de la Globalización hoy tiene la posibilidad de transformarse en un referente a nivel internacional. Nuestros países poseen una capacidad mayor para llegar a las naciones desarrolladas y éstas se encuentran ávidas en conocer nuevas culturas y generar numerosos intercambios.

Durante las últimas décadas, los vínculos han estado marcados sobre todo por el envío de materias primas, pero paulatinamente las naciones latinoamericanas se están abriendo al mundo y comenzando a acercarse a través de la Educación Superior, entre otros ámbitos del sector productivo y de servicios.

En esta línea, un aspecto que es interesante de destacar son las crecientes relaciones que se están generando en el marco de la Alianza del Pacífico, bloque fundado en 2011 y que está conformado por México, Colombia, Perú y Chile.

Durante 2016, la cantidad de estudiantes extranjeros regulares matriculados en instituciones de Educación Superior en Chile, alcanzó la cifra de 19.219, lo que implica un incremento de 674 estudiantes respecto del año 2015 (18.545 estudiantes extranjeros en instituciones chilenas en 2015) de acuerdo a estadísticas del Servicio de Información para la Educación Superior (SIES).

Sobre el tipo de estudios que realizan en instituciones de educación superior en Chile, el 69,8% de los estudiantes extranjeros regulares está matriculado en una carrera de Pregrado (44% en una carrera profesional y 25,8% en una carrera técnica). El 25,8% está matriculado en un programa de Postgrado (Magíster-Doctorado) y el 4,4% estudia algún Postítulo.

En relación al origen geográfico de los estudiantes extranjeros regulares, la mayoría de los matriculados en instituciones de Educación Superior en Chile proviene de América del Sur (76,5%), América Central y el Caribe (6,7%) y Europa (3,6%).

En el nivel de postgrado en 2016 había 4.952 estudiantes extranjeros regulares, de los cuales 2.100 estaban matriculados en universidades estatales, 1.716 en universidades privadas del Cruch y 1.136 en instituciones privadas.

La presencia de estudiantes extranjeros en programas de postgrado en Chile ha ido sostenidamente al alza, con un incremento de más de 4 mil alumnos en el período 2010-2014. El aumento ha estado marcado principalmente por la llegada de estudiantes latinoamericanos.

El 90% de los estudiantes extranjeros de postgrado que llega a Chile proviene de países latinoamericanos. El ranking es liderado por los siguientes países: Colombia 40%; Perú 14%; Ecuador 13% y Brasil 6%, mostrando un incremento de 198% entre los años 2010 y 2014, de acuerdo a estadísticas de la marca sectorial de Educación Superior de nuestro país, Learn Chile.

LA ALIANZA DEL PACÍFICO: UN ESPACIO PARA LA COOPERACIÓN ACADÉMICA

La Plataforma de Movilidad Académica y Estudiantil de la Alianza del Pacífico, surgió en el marco de la II Cumbre, realizada en diciembre de 2011, propuesta que fue ratificada en 2012 para la implementación de la primera convocatoria del programa de becas para el año académico de 2013.

Para este programa, son puntos focales el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios en el Exterior ICETEX (Colombia); la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo AMEXCID (México);  el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo PRONABEC (Perú) y la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID).

El objetivo de esta iniciativa es contribuir a la formación de capital humano en los países miembros, mediante el intercambio y movilidad académica de estudiantes de pregrado y doctorado, y de pasantías docentes de universitarios y de investigadores en instituciones de educación superior, lo que contribuye al crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías involucradas, así como del avance progresivo hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas en la región.

Por las características de reciprocidad del programa, cada país ofrece un total de 100 becas anuales de intercambio, desagregadas en 75 vacantes en pregrado y 25 para docentes, investigadores y estudiantes de postgrado, estos últimos con oportunidad de poder optar a un segundo intercambio por igual periodo.

La Plataforma de la Alianza del Pacifico ha invertido más de 6 millones de dólares en este programa de movilidad, según cifras de 2016, sin contabilizar los aportes humanos y financieros que las instituciones de educación superior realizan.

Las áreas más demandadas por los estudiantes son: Ingeniería, Negocios, Economía, Comercio Internacional, Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Los becarios han realizado su intercambio en más de 79 ciudades de los cuatro países, donde se destaca particularmente la participación en regiones y no solo en las respectivas capitales.

En Chile, entre los años 2013 y 2014, se formaron 186 becarios extranjeros en las modalidades de pregrado y postgrado. El detalle de dichos becarios fue el siguiente: 60 provenientes de Colombia; 68 de México y 58 de Perú. Cabe destacar, eso sí, que el grueso de dichas becas fue para intercambios y estudios a nivel de pregrado.

Un aspecto interesante a destacar es el aumento en el interés que ofrecen los estudiantes tanto de pregrado como de postgrado por ocupar estas becas. Por ejemplo, Colombia en el área de Doctorado e Investigación, en la convocatoria de 2013 sólo presentó tres interesados, cifra que llegó a nueve en 2014, luego ascendió a 24 en 2015 para llegar a 27 en 2016. Es decir hubo un aumento de nueve veces en la entrega de becas entre 2013 y 2016.

En el caso de Perú en Doctorado e Investigación, las cifras también ofrecen un repunte en cada año de postulación, partiendo con tres en 2013, avanzando a seis en 2014, siguiendo a 10 en 2015 y llegando a 15 en 2016. Es decir, se quintuplicó la entrega de becas en tres años.

México ofrece un panorama similar. En 2013 hubo 10 becarios de Doctorado e Investigación. Al año siguiente el número subió a 16. En 2015 llegó a 25 y en 2016 alcanzó la cifra de 26. Chile también ha utilizado progresivamente estas becas de la Alianza del Pacífico, tanto en pregrado como en postgrado. En el ámbito de Doctorado e Investigación, el número subió de 11 estudiantes en 2013, para ascender a 20 en 2014, descendió a 19 en 2015 y llegó a 25 en 2016.

En total, 1440 becarios de los cuatro países han participado en este programa de movilidad en sus primeros tres años. Los que más han usado este beneficio son los chilenos con 387 estudiantes, seguidos de los mexicanos con 376 alumnos, luego siguen los colombianos con 352 estudiantes y finalmente Perú con 325 alumnos en dicho periodo.

Los logros destacados hasta ahora son el establecimiento de redes de conocimiento, la existencia de un diálogo cultural, la descentralización de estos programas y su posicionamiento regional, promoviendo la articulación de áreas estratégicas, la cooperación interuniversitaria y la internacionalización de la Educación Superior.

En esta misma línea, las instituciones de Educación Superior deberían avanzar más en el objetivo de potenciar sus programas de postgrado y en las sinergias que podrían generarse con sus socios latinoamericanos. Sólo de esta manera, la educación podrá contribuir a favorecer la integración en el contexto de América Latina.

Juan Paulo Roldán Gómez

Magíster en Relaciones Internacionales, PUCV.

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Comments

  1. Gerard Oliger Abaroa : Noviembre 28, 2017 at 6:22 pm

    El artículo de Juan Paulo es un acabado análisis del impacto de la Alianza del Pacífico en la educación superior de los países miembros.
    Estos intercambios permiten, al país receptor, generar vínculos afectivos y de reconocimiento hacia el Estado que lo acogió, lo que puede favorecer la imagen de éste, así como también aumentar su prestigio, además de tender puentes que pueden favorecerlo en aspectos muy variados, desde la cultura al comercio y la inversión.
    Los profesionales que viajan a ejercer funciones docentes y de investigación pueden aumentar el prestigio del país del que son nacionales, lo que, si es consistente, puede ser parte de una diplomacia educativa.
    Todos estos aspectos nutren el soft power de los países involucrados, ya que el tener instituciones educativas reconocidas internacionalmente, con alumnos que conocen la cultura de los países receptores, y el aporte de los profesionales que cruzan las fronteras y aportan sus conocimientos en terceros países, posicionan mejor a dichos Estados en el concierto internacional.
    Otro aporte interesante de la Alianza del Pacífico en este aspecto es el estrechamiento de los lazos entre los países participantes, que puede desembocar en una “común identidad”, lo que muy probablemente ha hecho el programa Erasmus en Europa (aunque en una etapa un tanto tardía del proceso de integración).

    • Juan Paulo Roldán G. : Noviembre 28, 2017 at 6:29 pm

      Muchas gracias Gerard. Sin lugar a dudas este tipo de becas de la Alianza del Pacífico representan un avance en el ámbito de la cooperación internacional y favorecen la integración en América Latina, considerando que siempre tendemos a mirar con buenos ojos al mundo desarrollado, olvidando las sinergias que podrían realizarse a futuro entre nuestras instituciones. Saludos y gracias por tu valioso comentario.

  2. Máximo Valdivia Veas : Noviembre 30, 2017 at 7:55 pm

    “Los becarios han realizado su intercambio en más de 79 ciudades de los cuatro países, donde se destaca particularmente la participación en regiones y no solo en las respectivas capitales.” Interesante desafío para universidades regionales como la PUCV. Gracias por tu informado artículo.

    • Juan Paulo Roldán G. : Noviembre 30, 2017 at 8:16 pm

      Estimado Máximo: Paulatinamente las universidades regionales de nuestro país se están posicionando en el contexto internacional. En efecto, muchos alumnos extranjeros prefieren venir a estudiar fuera de las capitales pues valoran la calidad de vida y las mejores condiciones que ofrecen ciudades universitarias como la nuestra. Creo que las universidades latinoamericanas deben explorar más la posibilidad de efectuar sinergias con otras similares dentro de América Latina, considerando que compartimos un mismo idioma y nos encontramos en vías de desarrollo. Sin embargo, en ocasiones se privilegian las alianzas con instituciones norteamericanas y europeas que cuentan con mayores recursos y mejores laboratorios. Las becas de la Alianza del Pacífico son un primer paso. Es de esperar que las instituciones latinoamericanas aprovechen más esta plataforma que va creciendo y que próximamente se va a extender hacia los países asiáticos cuando se integren a la red. Gracias por tu comentario, Máximo.

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