Especulaciones sobre futuros espaciales
Todo conflicto, más allá de la tragedia de una guerra que podría ser global o no, trae consigo amenazas y oportunidades. Una planificación estratégica chilena de los posibles escenarios espaciales, debiese ser un ejercicio del país y sus planes espaciales. Las especulaciones pueden ser infinitas, pero hay que hacerlas pensando en el futuro de los planes espaciales de Chile y aquí está la Asociación Chilena del Espacio (ACHIDE), un grupo de profesionales Independientes y sobre todo DIVERSOS, para abrir un foro sobre estos asuntos.
Estamos ante una confrontación OTAN-Rusia, reflejada en el campo de batalla ucraniano, una tragedia para un país del continente europeo y sus 42 millones de habitantes, hombres mujeres y niños, un país por donde pasaron, en son de guerra, tropas de Napoleón, tropas del régimen Nazi y hoy en día miles de tropas rusas. Están en la frontera de dos imperios que no paran de agredirse, Estados Unidos y Rusia. Por supuesto, como en todas las guerras la información es confusa, tendenciosa, manejada para lado y lado, y podemos deducir que hay mucho sufrimiento que aún no termina. Se repiten Siria, Afganistán, Georgia, Irak, Chechenia, y otros lugares donde ambas potencias han hecho la guerra y matado a miles en territorios ajenos, por donde hay petróleo, pasa gas o tienen la mala suerte de ser estratégicos para ambos lados. Todo esto ha tenido acciones y contra acciones en muchos campos: global, económico, político, ambiental y por supuesto, hoy en día, en el campo espacial. Hablaremos de lo último
Lo espacial comenzó a desarrollarse después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados tomaron por lado y lado científicos y técnicos alemanes que habían desarrollado un exitoso avance en cohetería. Los cohetes permitieron mutuas amenazas con un arsenal nuclear creciente y por supuesto llegar al espacio exterior de nuestro planeta, con satélites de comunicaciones, geomensores, satélites espías, satélites militares, armas ofensivas y defensivas. También, algo bueno: la ciencia terrícola recibió un enorme impulso conociendo más el planeta, sus recursos, las condiciones del espacio e incluso explorar el sistema solar y más allá.
En el espacio extraterrestre ambos bloques se encontraron primero en una estación rusa, MIR, y luego en el ensamble de la gran estación espacial internacional, ISS. Hasta aquí la cooperación científica parecía ir tejiendo lazos entre los dos grandes bloques. La estación partió con un bloque ruso y siguió con muchos otros con componentes europeos, japoneses, canadienses. Mientras tanto, nuevos participantes activos en el esfuerzo espacial surgieron con fuerza: China, Emiratos Árabes e India, llegaron solos e independientemente con misiones a Marte, Israel estrelló misiones en la Luna y China colocó sus sondas en la cara oculta selenita. La ESA europea, Japón, la NASA y ROCOSMOS, que tenían capacidad de lanzamiento, parecían un gran conglomerado espacial terrícola trabajando juntos con muchos otros países. Debemos recordar que el Fasat Alfa chileno se perdió en un lanzamiento ruso.
Después del final del transbordador espacial norteamericano, Rusia mantuvo por casi 10 años los viajes de abastecimiento y tripulaciones multinacionales de la estación espacial. De hecho, hasta estas semanas Rusia compartía con la ESA su espacio en el puerto de Guayana y las Soyuz seguían prestando servicios conjuntos. Los astronautas internacionales seguían aterrizando en Kazajistán, e incluso las Soyuz seguían llevando turistas espaciales americanos. Tenemos 2 telescopios espaciales increíbles y finalmente, Elon Musk, un privado de origen sudafricano, con Space X, logró retornar los viajes de Estados Unidos a la estación ISS, soñando con Marte, constelaciones de Internet y estaciones en la Luna.
La guerra ha puesto un paréntesis y un punto suspensivo a esta historia de estrategia espacial internacional conjunta. Aún no sabemos qué va a pasar, así que especulemos.
Si Rusia decide salirse y/o es expulsada de esta estrategia conjunta espacial, la ISS corre un peligro enorme, dado que los cambios y ajustes de altura y rumbo se hacen con las dos naves Soyuz que están acopladas a la estación. Además, los módulos rusos tienen la planta mayor de recuperación de aguas y aire. Sin Rusia en el juego la NASA no tendría hoy cómo “manejar” la estación: debería estratégica y rápidamente, acoplarle sistemas de propulsión y de escape a la Tierra (hoy son Soyuz). Si Rusia desacopla sus módulos, la cosa puede ser fatal. La ISS es aún tanto rusa como norteamericana, incluso hay un módulo japonés.
¿Qué pueden hacer los rusos?, pues irse con los chinos que tienen su propia y flamante estación espacial orbital funcionando y tripulada. Taikonautas y cosmonautas podrían seguir haciendo una estación espacial conjunta. Los vuelos rusos para colocar satélites, que eran los más baratos y accesibles del mercado global ahora serían una oferta “del otro lado”. Entendiendo que históricamente hemos estado del lado de Estados Unidos, ¿Cuál será la posición de Chile en este escenario? Interesante asunto para el gobierno de Gabriel Boric, siendo China nuestro principal comprador de cobre y litio, también quien domina el mercado eléctrico nacional con Chilquinta y Chilectra, incluso Transelec, con la construcción de embalses y concesiones camineras, dueña de parte del litio en SQM. Fantástico tema de conversación, decisiones y futuros que parte con las decisiones de esta guerra y decisiones de un gobierno nuevo.
Todo conflicto como este, más allá de la tragedia de una guerra que podría ser global o no, trae consigo amenazas y oportunidades, como en el viejo FODA. Una planificación estratégica chilena de los posibles escenarios espaciales, que de eso estamos hablando, (hay varios), debiese ser un ejercicio del país y sus planes espaciales, que sí los tenemos. Brasil y Argentina nos ganan por lejos en los procesos espaciales, son Sudamericanos, están cerca, tal vez puedan ser un buen bloque si nos animamos a unirlo. También la India resulta interesante, tienen buena informática, buenos cohetes y lograron colocar una misión en Marte por menos de lo que vale un avión jet de pasajeros. Nuestra experiencia en Dubai nos ha mostrado que los Emiratos Árabes ya llegaron a Marte y podrían ser buenos aliados, lo que entraría en cierta contradicción con nuestro afán de comprar satélites israelitas. En fin, las especulaciones pueden ser infinitas, pero hay que hacerlas pensando en el futuro de los planes espaciales de Chile y aquí está la Asociación Chilena del Espacio (ACHIDE), un grupo de profesionales Independientes y sobre todo DIVERSOS, para abrir un foro sobre estos asuntos.
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