Pedro Serrano – AUSTRALIA, una catástrofe globalizada

“Los seres humanos ya somos 8000 millones y un drama de vida natural de estas proporciones nunca antes lo habíamos vivido ni registrado, como estas primeras semanas del año 2020 en todo el territorio de Australia. Es más, esta es una catástrofe completamente globalizada, es el planeta que subirá de temperatura, es el planeta de todas y todos que pierde para siempre especies vivas únicas”.

La siguiente gráfica compuesta, publicada la segunda semana de enero de 2020, con intensificación de las zonas calientes, muestra la real proporción de los incendios que están ocurriendo allí, ahora.

La imagen es una recreación, un gráfico compuesto, autoría de Anthony Hearsey, un australiano de Brisbane, muestra gráficamente las zonas afectadas por el fuego en Australia entre el 5 de diciembre de 2019 y el 5 de enero de 2020. Se basa en los datos de observación de los satélites de la NASA, en concreto de su servicio de información sobre incendios (FIRMS)

Esto no se trata de algún pirómano humano o las consecuencias de las acciones de un grupo terrorista extremista. La dimensión de una isla continente quemándose de esa manera, no se había dado con anterioridad en nuestra historia registrada.

Pedro Serrano R.
Director de la Unidad de Arquitectura Extrema, UTFSM. Presidente de la Fundación TERRAM para el desarrollo sustentable. Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.

Se están liberando a la atmósfera millones de toneladas de CO2, material particulado y calor, lo que va a incrementar el mismo fenómeno que causó los incendios: el aumento de la temperatura global debido al exceso de CO2 en la atmósfera terrestre. Provocado este incremento principalmente por la enorme quema de carbón, petróleo y leña en el planeta (y los incendios), un fenómeno Global, que intentó hacer frente la COP 25 ya fracasada. El mega incendio ocurre además justo para “celebrar” el fracaso de la cumbre global por el cambio climático.

Un incendio de estas magnitudes corresponde o equivale a las emisiones de millones de autos, aviones, barcos e industrias funcionando simultáneamente en el planeta.

De hecho las imágenes tomadas de la prensa digital, Meteo-Chile y la NASA indican como, esta misma segunda semana de enero 2020, los humos y el particulado de carbono que surge de Australia quemándose, llegan a Chile, atravesando todo el Océano Pacífico. Este es un fenómeno de magnitud global y es una muestra dramáticamente desastrosa de los efectos reales de la globalización.

En Autralia el incendio se inicia con un frente cálido que superó todas las expectativas basadas en la historia reciente. Entre los vientos de más de 100 kilómetros por hora y los 48 grados centígrados, que se han llegado a alcanzar en localidades como Penrith, se tienen condiciones donde la catastrofe es imparable. Recordemos que el gran incendio de Valparaíso fue con 30 ºC y velocidad del viento de 30 km/h

Además, pensando en Chile, el camino tomado por los humos muestra la desviación hacia el sur del fenómeno, coherentemente con la causa de la mega sequia en nuestro país: Las altas presiones subtropicales del Pacífico Sur, debido al incremento por 20 o más años de las temperaturas frente a Nueva Zelandia. Estas altas presiones empujan hacia el sur los frentes de lluvias, que ya están entrado hoy a la altura de Temuco, dejando un panorama de futuro con décadas de escasez hídrica crítica para toda la zona central de Chile donde, además,  habita más de la mitad de la población humana del país.

Australia es además, una isla continente y como tal, la vida en su territorio se ha desarrollado y adaptado de modo bastante independiente del resto del planeta, generando, por evolución aislada, una cantidad notable de especies de flora y fauna diferenciadas del resto de los continentes.

Es un territorio con una biodiversidad enorme y única en el planeta, desde bacterias, hongos, pastos, arbustos, árboles, nematodos, insectos, mamíferos, muchos de ellos marsupiales, aves y reptiles, todos con características endógenas únicas e irrepetibles.

El mega incendio está matando no miles, sino que miles de millones de seres vivos, muchos de ellos ya probablemente extintos por las llamas y otros miles más, colocados en estado crítico de conservación. Otros miles de millones han resultado heridos de gravedad por quemaduras. Una catástrofe biológica sin parangón en la historia Humana.

Igualmente coexiste la catástrofe humana, los 23 fallecidos y los miles de millones de dólares en pérdidas, más de 1500 casas destruidas (en Valparaíso 2014 fueron más de 3000) El drama humano involucrado, se enfrenta con la enormidad del desastre biológico. Una casa se puede construir de nuevo, las muertes humanas son del todo lamentables, un ser vivo extinto es irrecuperable.

Es más, el incendio ha arruinado extensos ecosistemas, vale decir, los sistema interconectados que permiten la vida en determinados territorios. Con esto los que salvaron la vida perdieron todo su soporte vital, un sufrimiento difícil de medir y amortiguar.

Los seres humanos ya somos 8000 millones y un drama de vida natural de estas proporciones nunca antes lo habíamos vivido ni registrado, como estas primeras semanas del año 2020 en todo el territorio de Australia. Es más, esta es una catástrofe completamente globalizada, es el planeta que subirá de temperatura, es el planeta de todas y todos que pierde para siempre especies vivas únicas.

Cuando uno mira y repasa los sucesos de la COP 25, que presidimos los chilenos, con las negativas y negaciones de los grandes países contaminadores sumadas a las inexpertas acciones de nuestros propios representantes, y filtra todo esto en el marco de este dramático incendio global, se siente más que nada una vergüenza humana difícil de superar.

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