Oportunidad para Venezuela ¿Qué esperar de las negociaciones en México?
“Existen diferencias entre este esfuerzo y los anteriores como el auspiciado por El Vaticano y los de República Dominicana y de Barbados y Noruega. México, país sede, es una potencia regional”. Además, “la firma el 13 de agosto de un ‘Memorando de Entendimiento’ postula un ‘proceso de diálogo y negociación integral’ que detalla un cronograma que incluye temas como elecciones, sanciones y otros”.
El régimen de Nicolás Maduro y la oposición han iniciado negociaciones en México para solucionar la gravísima situación política, humana -con más de cinco millones de venezolanos forzados a emigrar- y económica, con hiperinflación y carencias de todo tipo. No es la primera vez que las partes conversan, han fracasado tres intentos anteriores. En esos encuentros el régimen no dio señales reales de ofrecer elecciones libres con control externo. La oposición después de mostrar hace más de dos años capacidad de movilización, control de la Asamblea y reconocimiento a su líder Juan Guaidó como presidente provisorio, ha perdido fuerza y tuvo dificultades para fijar estrategias comunes. Las sanciones norteamericanas afectaron, pero no provocaron una división al interior del régimen. Este contexto llamaría al escepticismo.
Sin embargo, también hay motivos de esperanza. Existen diferencias entre este esfuerzo y los anteriores como el auspiciado por El Vaticano y los de República Dominicana y de Barbados y Noruega. México, país sede, es una potencia regional. Venezuela está afectada por sanciones que le han impedido controlar sus reservas de oro en Reino Unido. La oposición se ha presentado en las negociaciones como “Plataforma unida” dirigida por el ex alcalde Gerardo Blyde y el gobierno por el presidente de la Asamblea, Jorge Rodríguez. A ello se une Noruega como facilitador, el acompañamiento de Países Bajos por la oposición y Rusia al régimen.
Un punto novedoso: la firma el 13 de agosto de un “Memorando de Entendimiento” que postula un “proceso de diálogo y negociación integral” que detalla un cronograma que incluye temas como elecciones, sanciones y otros. Una señal será si la oposición y su plataforma aceptan participar en elecciones regionales y locales en noviembre, competir con el oficialista PSDV, lo que requiere garantías claras y control internacional. Las partes se vuelven a reunir el 30 de agosto.
¿Hay motivos para esperar éxito esta vez? Al parecer, sí. Una mayor institucionalidad nacional e internacional. Y la esperanza que EEUU y Unión Europea -y sancionadores- tomen nota de sus avances. Además, en Venezuela no hay democracia, pero sí sociedad civil que con dificultades hace sentir su presencia.
¿Qué podrían hacer los países del “Grupo de Lima”, entre ellos Chile? Buscar formas renovadas para aportar. El propio gobierno peruano cambió de posición. Estrategias tipo Cúcuta y de envío masivo de alimentos no dieron frutos. Y el propio Guaidó apoya el diálogo. A nuevas realidades, nuevas políticas.
Chile puede adaptarse al nuevo escenario, mantiene legación en Caracas-actualmente aloja a un importante opositor- y tiene en Chile a la comunidad venezolana, el grupo de inmigrantes más numeroso, que aportan al país y requieren trato digno. Y merecen también una Venezuela más digna para vivir.
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