Resiliencia postpandémica de Valparaíso

El cambio climático impulsado por el sobrecalentamiento global ya está en plena marcha, Valparaíso será más seco, más frio en invierno y más cálido en verano. Todo eso lo sabemos desde ya. El asunto es preparar la ciudad para los cambios y desafíos. Para ello se requiere una comunidad informada, educada y muy bien organizada, unas universidades muy enfocadas en la cuestión regional y por supuesto en su ciudad.

Dramatizado un poco

Pedro Serrano R.
Director de la Unidad de Arquitectura Extrema, UTFSM. Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso

Hacía años que el plan de la ciudad Valparaíso, el Barrio Aduana, calles Condell, Esmeralda, subida Ecuador, El Almendral, estaban sufriendo del abandono más dramático: muchos segundos y terceros pisos abandonados, manzanas quemadas, hectáreas de terrenos baldíos, donde otrora hubo edificaciones con sus habitantes. Un plan bajo de la ciudad en plena decadencia, una ciudad casi sin industrias y un puerto, otrora el corazón de la comuna, que dejó hace mucho de ser aporte a su desarrollo. Esto último se notó mucho durante el estallido social y la pandemia: mientras la ciudad decaía el puerto mantenía su lucrativa actividad económica.

Con Valparaíso casi sin ofertas de trabajo, y casi sólo mantenida por la administración pública y sus universidades, la ciudad entró en una etapa recesiva dolorosa, mientras las alturas florecían de campamentos y asentamientos irregulares. Tuvimos el incendio más grande de la historia de la ciudad con más de 3000 casas quemadas, luego el estallido social con bandas organizadas de saqueadores que destrozaron comercios y quemaron edificios del plan, dejando la ciudad comercial en estado desastroso, nuevos incendios y derrumbes, muchas casas con sentencia de demolición. Como guinda de esta dramática torta, aparece la pandemia global de Covid19, donde Valparaíso ha mostrado altas tasas de contagios y ha sufrido largas cuarentenas, con impactos ineludibles en su ya disminuida actividad económica.

Después de tocar el fondo no queda más que subir

Lo importante ante todo esto es apostar a la “resiliencia” de la ciudad, palabra manida, pero aplicable a eso de levantar cabeza y ánimos después de cada desastre. Se trata de la vida de unos 300.000 habitantes, donde un poco más de 100.000 hoy la están pasando verdaderamente mal. Ahora hay gobernador electo de la región y se mantiene el alcalde electo de la comuna, que ojalá coordinen positivamente. Necesitamos optar por las estrategias del desarrollo naranja[1]  que se basan en potenciar los talentos de los habitantes. Aquí no va a llover nada de ninguna parte, por lo tanto, revisemos esos talentos con los cuales hay que sacar 100.000 habitantes de la pobreza en un plazo urgente y una ciudad de su marasmo estructural en el mediano plazo.

La ciudad universitaria

Nuestro primer talento colectivo comprobado es ser la ciudad universitaria: durante décadas las 4 universidades públicas unidas en el CRUV[2] se han consolidado como una actividad que dinamiza la economía, las artes, la investigación, las ciencias, la tecnología y el desarrollo social de la ciudad. Los estudiantes, profesores y administrativos crean, transitan, compran y se entretienen en la ciudad. Muchos de ellos también viven en ella, ya sea en casas, piezas departamentos o pensiones. También la ciudad resulta atractiva para estudiantes extranjeros, ya sea porque la conocen de boca a boca o por el arraigado mito del Valparaíso legendario. Además, se titulan varios miles de profesionales al año, muchos y muchas de las cuales se quedan o les gustaría quedarse en Valparaíso. Se diría que la actividad universitaria es el principal motor económico, cultural y social de la ciudad.

Las artes

La segunda vocación y talento, muy abundante en Valparaíso, es el de las artes. Valparaíso siempre ha sido cuna y hogar de artistas de todas las fuentes, de la música, de las artes plásticas, la escultura, la danza, el teatro, el circo y por supuesto de la escritura y sobre todo de la poesía.  Valparaíso es precisamente y por excelencia la ciudad amable con las artes. Por otra parte, hoy se abren las grandes ventanas de las artes digitales, aplicables a todas las expresione. Hoy se puede modelar, editar, ensayar, grabar, programar, exhibir tan solo con disponer de una buena red globalizada y equipos que ya no requieren ni grandes volúmenes de espacio ni mucha energía.

La creatividad humana se alimenta en gran manera de la circunstancia de las creadoras y creadores: Valparaíso y su particular forma de vida, alimentada por el océano y la pendiente, las calles enrevesadas y su gente solidaria, constituyen un entorno singular, para algunos caótico, para otros poético, donde obtener inspiración y tranquilidad. Las universidades públicas tienen conservatorios, talleres de oficios, salas y espacios de trabajo, exposición y representación, catalogados como los mejores de Chile, espacios que además de ser públicos son permanentes. La ciudad también puede desarrollar más espacios, talleres, escenarios, concursos y certámenes para todas las artes. Valparaíso, así como ciudad patrimonial, puede ser la capital chilena, latinoamericana y global de muchas artes.

Las artesanías

Valparaíso siempre fue un centro de artesanías importante, ya que tuvo una larga tradición de carpinteros de orilla que se encargaban de construir y mantener la flota de embarcaciones de las distintas caletas de pescadores artesanales, un oficio al cual le quedan pocos representantes pero que, con un cambio en el sentido del puerto, puede retomar su fuerza como ocupación local. También Valparaíso tuvo sus fábricas de calzado artesanal, joyeros, fábricas de sombreros e incluso de ollas y utensilios de cocina. La calle Colón es la calle de las mueblerías y artesanos de la madera. Las panaderías y pastelerías siempre fueron una tradición de artesanías de Valparaíso. También han surgido acá talleres de modas, confecciones y diseño profesional de vestuario con mucha capacidad creativa. Todas estas posibilidades se desarrollan como emprendimientos productivos y son, en efecto, lo que hoy se conoce como Pymes, una fuente potencial muy dinámica de ocupación remunerada y distribuida de los talentos de la ciudad

El Turismo, el puerto de cruceros

La ciudad de Valparaíso aun cuenta con el mito del siglo pasado, cuando era el lugar de recalada de todos los barcos del planeta que rodeaban el Estrecho de Magallanes. Grandes veleros y clíperes solían llegar desarbolados y necesitaban cuerdas -el cáñamo se cultivaba en Los Andes-, velas de algodón y todo tipo de equipos. Necesitaban además tiempo, telégrafo, bancos y nuevos negocios. Incontables viajeros se quedaron en la ciudad formando así una mixtura policultural, multinacional, variada y dinámica. Con el salitre y su bonanza Valparaíso tuvo su gran período de esplendor. Mucho dinero, muchas culturas, barrios nuevos, con palacetes, teatros, bancos, plantas exóticas, una ciudad creciendo hacia el gran anfiteatro, con su miríada de luces visible desde millas de distancia, generó la estructura del mito, un mito global que aún perdura y que aún es un anzuelo para los viajeros.

Los aviones cambiaron la cultura de los viajeros, pero todavía hay quienes, disponiendo del dinero y el tiempo llegan a Valparaíso embarcados en cruceros lujosos de muchos pisos y con miles de pasajeros. Y aquí está Valparaíso. La pregunta es si la ciudad tiene la fuerza, la infraestructura y los atractivos que hagan juego al mito, o simplemente los pasajeros tomarán buses y se irán por tierra a otros destinos, tal como ocurre hoy en día.

Valparaíso perfectamente puede dejar de ser un puerto de la marina de guerra y uno para desembarcar miles de conteiner, que van con otros destinos y no dejan nada en la ciudad, sólo murallas que niegan el mar a la ciudadanía. Si la ciudad recupera sus atractores, afianza el mito y genera la infraestructura puede hacer que los tres mil pasajeros bajen a la ciudad, les resulte atractiva, se queden un tiempo en ella y consuman sus productos.

El área patrimonial es otro caso. Reconstituirla será difícil, ya que hay sectores quemados, demolidos y deshabitados. Por ahora no es precisamente turística y podría ser el asiento para una buena cantidad de pymes, restaurantes, museos y hoteles pero hoy casi no lo es. Lo que sí está claro, es que el mito de Valparaíso no tiene que ver mucho con el área patrimonial y es bastante discutible qué es realmente lo patrimonial en Valparaíso, más allá de infraestructura demolida. He sostenido en otras publicaciones que el verdadero patrimonio de la ciudad está en sus habitantes y su modo de habitar más allá de sus construcciones, que con suerte tienen algo más de un siglo, y las menos dos siglos.

Marina de yates, veleros y deportes náuticos

Precisamente el mito de Valparaíso se construyó cuando cientos de grandes veleros saturaban la bahía de Valparaíso, las cargas se bajaban a pulso en los botes y lanchones y una buena parte de la población de Valparaíso trabajaba en las labores de estiba, carga y descarga. Los estibadores llegaron a ser un gremio poderoso, hasta la aparición de los conteiner y las grandes grúas con su organización informática. La carga pasó a cientos de camiones foráneos, desde un ferrocarril ya extinto, que unía con la capital, el sur y el norte del país e incluso cruzaba hasta la Argentina. Otro gran sindicato perdido es el de los ferrocarrileros de Valparaíso con su maestranza. Hoy en día ese vínculo mágico puerto-ferrocarril está muerto: los conteiner salen por detrás de la ciudad en camiones, que con suerte compran petróleo en Placilla y la maestranza ya no existe, solo queda la antigua rotonda de trenes en estado calamitoso.

Hoy existen en Europa las grandes marinas donde los yates privados y veleros transoceánicos encuentran recaladas, servicios y actividades. Valparaíso podría ser precisamente la gran marina que acoja a todos los aventureros que cruzan el Atlántico o pasan al Pacífico, precisamente como parte de la recuperación del mito renovado en este siglo XXI de la ciudad.

También hay que mejorar el contacto del porteño con su borde mar, hacerlo accesible y usarlo para su disfrute, los paseos, las competencias de veleros, las competencias de remo tal como se hacía hace unos 50 años atrás. También la pesca artesanal, las caletas como vínculo del habitante con los productos marinos es posible de potenciar. Valparaíso puede acoger al puerto de cruceros, a la marina internacional, a los clubes de yates ciudadanos y a un gran puerto de la pesca artesanal y deportiva. Para el puerto de carga ya hay varias propuestas para trasladarlo hacia lugares con mejores conectividades que Valparaíso.

La informática

Una nueva ciencia se abre camino en Chile y el mundo, con el desarrollo de tres elementos que han sido fundamentales para el gran impulso de evolución tecnológica de un planeta donde ya viven 10.000 millones de habitantes. El primero es la electrónica y el desarrollo de  computadores, cada vez más rápidos, económicos y con mayores capacidades. La segunda es la informática, con el manejo de datos, programas, códigos y aplicaciones. La tercera es internet, la red global, que en la última década ha hecho posible conectar y comunicar una buena cantidad de la población de la Tierra. Probablemente el acceso liberado a Internet sea en el corto plazo un asunto de derechos humanos, alimentados por nuevas redes satelitales que llegarán a cada rincón del planeta casi sin interferencias geográficas.

Se especula que hoy un solo teléfono celular medio, con 32 mega bites de capacidad, es más poderoso que todos los computadores de la NASA cuando llevaron al primer humano a la Luna. Millones de personas con esa capacidad de cómputo en el bolsillo deambulan por nuestras ciudades y campos.  La vida ya nunca será igual, la informática evoluciona rápidamente y un solo código, un juego o una aplicación, pueden cambiar muchas historias. Pues bien, con 4 carreras de informática en las 4 universidades locales, la creación de juegos, códigos y App, y la nueva seguridad informática abren un campo enorme de ocupación profesional en el mismo Valparaíso. Se requiere una buena red, buenos equipos y una ciudad amable que acoja esta actividad. Valparaíso puede ser el corazón de la informática de América del Su: tenemos la gente, la ciudad, los equipos, las redes están llegando, están los enlaces de fibra óptica, se viene Star link de Elon Musk[3] y tenemos miles de jóvenes informáticos con capacidad creativa que pueden animar la vida de barrio en Valparaíso del siglo XXI. Por supuesto, tal como escribimos en otro artículo: en una ciudad eléctrica limpia y sustentable, con la energía que entreguen su viento, su sol y su océano.

Conclusiones

Valparaíso seguirá otros cientos de años existiendo. Lo importante es que construya su destino de modo dinámico y por supuesto resiliente, siendo capaz de adaptarse positivamente a los cambios que vienen en todo ámbito de cosas. La región está fuertemente golpeada por la sequía, pero existe el Océano Pacífico y la tecnología de la desalación con energías renovables, que abundan en Valparaíso y su océano cercano. El cambio climático impulsado por el sobrecalentamiento global ya está en plena marcha, Valparaíso será más seco, más frio en invierno y más cálido en verano. Todo eso lo sabemos desde ya. El asunto es preparar la ciudad para los cambios y desafíos. Para ello se requiere una comunidad informada, educada y muy bien organizada, unas universidades muy enfocadas en la cuestión regional y por supuesto en su ciudad.

Deberemos establecer estrategias en el mediano y largo plazo para resolver con multi enfoques el delicado asunto de los asentamientos urbanos irregulares y sus secuelas de pobreza, sanidad y acceso a los servicios y el trabajo.  Todo esto se vería positivamente impulsado por el empuje que daría la economía naranja, potenciando donde sea el talento de todos los habitantes. Las oportunidades y opciones son muchas más que las descritas en este artículo. Valparaíso tendrá siglos en el futuro, y que esos siglos sean cada vez mejores dependerá del desarrollo cultural de su gente.

La post pandemia, que nadie sabe cómo será -seamos muy honestos con esto, no será jamás la mentada y deseada “normalidad”, si “normalidad”-, tiene como referente la vida antes del estallido social y la pandemia. En estos tres años el planeta ha cambiado, nuestra cultura sanitaria ha cambiado, las relaciones sociales han sido impactadas. Chile políticamente está cambiando hacia lo plurinacional, multicultural, feminista, ambientalmente sustentable. En las últimas elecciones primarias de 2021 TODOS los partidos tradicionales perdieron y una marea de gente joven está avasallando el tablero. La marea digital también se ha establecido. Cualquiera que sea la “Nueva Normalidad”, deberá reconoce que hoy hay en Chile 130 celulares activos por cada 100 habitantes[4] y tenemos cada vez más escolares armados de computadores y no son máquinas despreciables, la inteligencia artificial ha tenido un impulso enorme durante la pandemia y en Valparaíso se está desarrollando y estudiando.

Creo en la actitud resilente de la gente de Valparaíso, también creo en la ciencia y la tecnología.


[1] “ La economía Naranja” Felipe Buitrago R., Iván Duque, BID, 2013.

[2] Consejo de Rectores de la Universidades públicas de Valparaíso

[3] Star Link, programa espacial del magnate Elon Musk que busca posicionar constelaciones de satélite de internet a baja altura en todo el mundo.

[4] Sectel 2021

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