Interpretaciones sobre el actual estadio del capitalismo histórico (3): ¿En qué medida la crisis del capitalismo afecta las relaciones entre el sistema económico y la democracia?
Aunque algunos autores sostienen que la crisis no conducirá necesariamente a la caída del capitalismo, auguran significativas reformas que pueden definirse como respuestas socialdemócratas congruentes con la envergadura de la crisis. En esta entrega destacamos el análisis de Ernesto Ottone, Agustín Squella, Saskia Sassen y Eugenio Tironi.
En la entrega anterior comenzamos a desarrollar la conceptualización de la crisis formulada por varios intelectuales chilenos y extranjeros, algunos de ellos vinculados al Foro Valparaíso y a Puerto de Ideas, como se indica más adelante en cada caso.
Aunque algunos autores sostienen que la crisis no conducirá necesariamente a la caída del capitalismo, auguran significativas reformas que pueden definirse como respuestas socialdemócratas congruentes con la envergadura de la misma. En la entrega anterior iniciamos esta revisión con los puntos de vista de Manuel Castells. Ahora destacamos parte del análisis de Ernesto Ottone, Agustín Squella, Saskia Sassen y Eugenio Tironi.
Ernesto Ottone enfatiza la necesidad de evitar un retroceso civilizacional. En el debate público no se releva la “dimensión profunda de desolación por la que atravesamos, de la huellas y heridas que dejarán en nuestras vidas y el mundo”. En un mundo más duro y más pobre, con menos certezas y con más riesgos debemos impulsar cambios en nuestra convivencia, uso de recursos y sentido de la justicia, cohesión social y políticas redistributivas que morigeren la desigualdad. Si así actuamos evitaríamos un retroceso civilizacional y una consecuente decadencia. El cambio constitucional debería ser una gran oportunidad para que el retroceso no se convierta en decadencia[1].
Agustín Squella advierte con gran preocupación que el funcionamiento de la democracia en la mayoría de los países estaría afectado de una manera importante por el sistema capitalista. En el penúltimo capítulo de su nuevo libro escrito antes de la pandemia, Democracia ¿Crisis, decadencia o colapso? señala que la caída en la adhesión a la democracia no tiene que ver con un rechazo a sus características como forma de gobierno, sino con “la manera como ella funciona en la mayoría de los países. La democracia estaría afectada de una manera muy importante por el sistema capitalista, el cual “no simpatiza especialmente con ella” ya que muchas veces se muestra “dispuesto a corromperla si eso favorece los negocios y la codicia de los agentes económicos más relevantes”.[2]
Saskia Sassen sostiene que el capitalismo carece de competencias para enfrentar la crisis causada por la pandemia. Entre ellas resalta los problemas que hoy enfrenta la cooperación internacional y en especial la incapacidad de los gobiernos para impedir que algunas grandes empresas paguen impuestos en sus respetivos países y poder así contar con recursos que permitan enfrentar mejor la crisis de la pandemia. El capitalismo genera riqueza pero su racionalidad extractiva causa importantes pérdidas a los sectores más modestos de la población. Sin perjuicio de aceptar que la eliminación de este sistema es muy difícil y que aún le quedaría mucha vida, es posible tratar de moderarlo para controlar la “brutalidad” que muestra al perseguir un interés exclusivo en la maximización de sus ganancias.
Además, debemos recuperar más claridad con respecto del papel del Estado para cubrir tanto las necesidades básicas de los individuos y la sociedad.
Otro problema muy grave es el tránsito de la democracia liberal en una época de decadencia. No tenemos certezas sobre la forma en que vamos a salir de esta situación. Debemos repensar lo que significa vivir en sociedades cada vez más tecnologizadas y con economías muy complejas, donde ningún actor puede manejar totalmente el poder y menos controlarlo. Lo cierto en todo caso es que ningún sistema de poder político ha durado para siempre, y tampoco debemos de pensar que aquello ocurrirá con la democracia liberal. En un periodo de inestabilidad como la hora actual necesitamos desarrollar nuevas lógicas para manejar nuestras economías y sociedades[3].
Eugenio Tironi concebía el plebiscito en abril de 2020 como una respuesta a las deudas del pasado, una oportunidad para mirar el futuro y forjar una gran mayoría en favor del apruebo. Una visión futurista podría romper las fronteras del pasado, superando los paradigmas históricos para dar paso a una gran mayoría social cultural y electoral por el apruebo. Esta mayoría podría llegar a ser tan amplia como la que posibilitó la transición a la democracia[4].
Las divisiones con respecto al papel del Estado en la vida económica y en el ámbito de la política social se habrían retirado transformándonos a todos ahora en socialdemócratas.
Viejas y nuevas desigualdades. Las viejas desigualdades entre trabajadores e intelectuales y en el acceso a los servicios básicos son problemas que deberían asumirse junto con las nuevas desigualdades provocadas por las transformaciones tecnológicas en el ámbito laboral. Estas causan efectos contradictorios como el aumento de la productividad, por una parte, y el desempleo en algunos sectores, tales como servicios, transporte y servicio, por otra. En este caso hay que considerar el tránsito de los subsidios de emergencia a un ingreso básico universal.
Otros problemas que deberían debatirse en el proceso constituyente son las ventajas sociales y económicas de la descentralización de las políticas económicas y sociales. La comuna y la región facilitarían la participación y transparencia, lo que a su vez afirma la identidad local y los procesos productivos y la realización de las políticas sociales.
Un impulso a la economía verde. La pandemia no hará caer al capitalismo, pero podría promover transformaciones profundas como el relanzamiento de una economía verde, disminuyendo de esta forma la dependencia de las energías fósiles y sus nefastos efectos.
El proceso constituyente es una gran oportunidad para discutir parte importante de estos temas que hoy destacan en la agenda mundial y de esta manera iniciar la formación de un pacto capaz de proyectar el futuro de Chile apoyado por una amplia mayoría.
[1] Ottone, E., “¿Retroceso o decadencia?”, Foro Valparaíso, 11 de agosto de 2020.
[2] Squella, A., Democracia ¿Crisis, decadencia o colapso? (Valparaíso: Editorial de la Universidad de Valparaíso), 2019.
[3] Pizarro Allard, C., “Saskia Sassen, socióloga: “El sistema mundial falló: se mostró inoperante”, Reportajes, El Mercurio, 7 de junio de 2020, p. D12. Saskia Sassen sostuvo una conversación vía streaming con Martín Hopenhayn el martes 2 de mayo para Puerto de Ideas.
[4] Tironi, E., “Hacia un nuevo futuro”, Reportajes, El Mercurio, 26 de abril de 2020, p. D11.
Recommended Posts
Valparaíso Futuro Lab
Octubre 4, 2024
El Mercurio de Valparaíso destaca libro “La esperanza frustrada”
Septiembre 26, 2024
considero que el autor analiza en forma clara la permanencia del capitalismo en la medida que necesidades básicas de los ciudadanos pueden ser asumidas por el Estado o entes intermedios en su nombre, sobretodo en una época de gran compulsión social, y todo dentro de un dialogo social, en este caso en Convención Constituyente- Lavín se declaró social democrata, lo que pareció extraño pero que de acuerdo con las palabras del autor es más entendible.No soy Lavinistas, pero consideroque personas talentosas, como uno de los autores citados, deben ser los primeros en abrir sus mentes para entender al legitimo otro del que habla el fallecido doctor Maturana.
Estimado Crisostomo, te felicito por tu artículo, acara mucho la disyunttiv que se esta debtiendo en nuestro pais y que no ha sido esxlarecida por la clase politiva. Un abrazo tu amigo de siempre
Querido Patricio: muchas gracias por tus comentarios, que siempre son un fuerte estímulo para seguir reflexionando sobre el futuro deseable y posible.
Un abrazo, Crisóstomo
Solo pido que diga en que país el estado ha asumido exitosamente la provisión de las necesidades básicas de las personas.
Esta visión le quita objetividad a la opinión de Patricio dejándole claramente como socialista tan extremo según defina hasta donde llegan las necesidades básicas.