El nuevo cerebro interconectado creativo universitario
En un curso taller, como los de Arquitectura de últimos años, los resultados de un buen diseño de proyecto, informado técnica, material, estructural, antropométrica, social, cultural y ambientalmente, suelen ser sorprendentes, sobre todo si son el reflejo de un trabajo en equipo sobre múltiples propuestas.
Por supuesto, “el lado oscuro” también usa hábilmente la red, desarrollando asuntos como el “bullying digital”, el “pishing” de datos e identidades, las “fake news” los “faketips” etc. Sin embargo, los estudiantes avanzados lidian con mayor soltura en estos entornos. Las normas de este proceso tan rápido, recién se están escribiendo, el bien y el mal subyacen en todo, también en estas rede neuronales, lo importante es la cultura necesaria para discernir y decidir.
Un profesor de matemáticas de uno de los numerosos paralelos, que implican atender los cerca de 4000 estudiantes que deben tomar simultáneamente matemáticas 1 del primer nivel del ciclo básico, se queja por que se ha transformado en un problema verdaderamente difícil la evaluación simultanea por canales digitales a distancia. Solo organizar estos cursos y esas evaluaciones simultaneas es una tarea titánica. Además es difícil saber si se copian, se soplan o tienen ayuda en el “backstage”, etc. Ya no se pueden pedir todas las salas disponibles a las misma hora, para poder sentar a los estudiantes separados y tomar esa prueba masiva, bajo la vigilancia ocular de profesores y ayudantes. Un ritual del siglo pasado, basado en el terror a la copia visual o auditiva. Viejos ritos que ya han perdido soporte.
Las y los estudiantes están ahora en sus casas, literalmente ubicadas de Arica a Punta Arenas conectados por zoom, en una red conectada a la universidad al sistema informático de Aula.
Hasta allí pareciera que todo esta organizado y bajo control. Los profesores y profesoras han agudizado su ingenio metodológico para desarrollar su reuniones, clases, ayudantías y evaluaciones, por la nuevas plataformas, las tareas, que en algunos casos son difíciles de controlar. Algo está pasando.
Bajo la nueva “ley del Zoom”[1], ojalá todos los estudiantes tuviesen buen equipo de conexión, buena red (todas se sobrecargan y se “caen”[2]), buen ancho de banda, un espacio adecuado, tranquilidad familiar y suficientes bites para cubrir la demanda de una buena conexión. Ojalá todas y todos pudiesen estar presentes con imagen, no con un “avatar”[3], para así mantener al menos, el contacto visual. Todos estos “ojalá” están aun pendientes para muchos y muchas. Ahora el límite de usuarios ideal debiese ser de 25 (una pantalla de Zoom). Ya con 40, 60, 100 o más usuarios para los profesores el asunto de la presencia virtual se hace difícil.
Todo esto lo estamos viviendo profesorado y estudiantado a diario desde hace casi 10 meses, con el enlazado de estallido social, huelgas y la pandemia de Covid 19. Las reacciones han sido diversas, lloran los y las nostálgicas de lo presencial, cambian, se crean y se aprenden los nuevos protocolos, algunos no lo resisten y se retiran, otros se agotan por los nuevos ritmos, las incidencias feroces de lo doméstico y las faltas de horarios, a otras y otros la pantalla en forma continua afecta a la vista, al ciclo circadiano[4] y al necesario descanso. Estamos todos y todas de algún modo obligados y adaptándonos. Según los antropólogos, es la adaptabilidad a los cambios lo que ha permitido a la espacie humana su supervivencia y desarrollo en situaciones y climas diversos.
Igual admito que tengo aun distinguidas y distinguidos colegas que en el tiempo se han negado a usar las primeras calculadoras, usar un computador, tener correo electrónico, usar celular, estar en red alguna, aprender a manejar un vehículo, usar app[5], tener cuenta corriente, usar tarjetas de crédito, volar en avión, comprar por internet, etc. …Lo nuevo asusta siempre, existe el concepto de inercia cultural[6]. Esta vez el cambio apareció muy rápido y muy urgente, algunos cambios que demoraban años ahora se hicieron en meses.
Sin embargo, se está acelerando una transformación que dejará atrás todo lo que hasta ahora hemos compartido. Este intenso y actual trabajo universitario en las redes, indica que la red neuronal de la universidad está creciendo en complejidad, tal como aumentan las dendritas de grupos de neuronas cuando aprendemos y guardamos algo en nuestro cerebro, sensaciones, imágenes, sonidos texturas, temperaturas, dolores, colores, sentimientos.
Sucede cuando estoy en clases, mirando mis estudiantes en el rectángulo proporcional A-4 que nos concede a cada uno la pantalla zoom, que efectivamente no muestra todo lo que sucede y lo que sucede es algo más complejo que disciplinados estudiantes asistiendo a una clase virtual.
Ellos no solo usan el Chat de la aplicación para conversar con todos si no que usan la opción privada para conversar con algunos o algunas, curiosamente, cosas y comentarios relativos a la clase. Ahora, si la clase es una lata usan el Chat intensamente para evadirse. Usan también el correo electrónico, trabajan en Whatsapp en uno o varios chats grupales y contactos individuales, usan Facebook, acuden rápidamente a Google cuando no entienden algo, guardan información en la nube de Drive, ven Tik tok, se Twittean, comparten información gráfica en Instagram, suben tareas como videos a YouTube y sobre todo, se comunican intensamente entre ellos y ellas, usando simultáneamente varias redes. Vale decir, a pesar de estar conectados con su axón principal a la clase zoom, están lanzando a sus compañeros y a la red múltiples dendritas que continuaran actuando después de la clase.
Quienes repitan monótonamente la misma información, que está años en el gastado libro, el Ptt anticuado, algunos aun recurren a sus trasparencias, sin entender los ritmos que exige la pantalla, tengan por seguro que este nuevo auditorio, armado de tablets, con teléfonos inteligentes, mas poderosos cada uno que todos los computadores de la NASA el 69, no lo va a soportar, se le llenaran la pantalla de avatares.
La red neuronal interna, el cerebro humano.
De acuerdo con lo que plantea la Dra. Suzana Herculano-Houzel (2012) neurocientífica brasileña, en el cerebro de cada humano hay más de 86 mil millones de neuronas, (se decía que 100.000.millones) estas pequeñas células nerviosas algunos de cuyos axones tiene mas de un metro, están cada vez mejor estudiadas[7]: Cada vez que ocurre una interacción sensorial la neurona extiende dendritas que se conectan con otra neuronas. Se han estudiado neuronas con hasta 7000 conexiones sinápticas de sus dendritas.
Imagen tomada con un microscopio de fluorescencia en la que se observan neuronas del hipocampo cultivadas in vitro, así como, sus dendritas, que tienen muchas espinas dendríticas.
(Wiki)Las dendritas (del gr. δένδρον déndron «árbol») son prolongaciones protoplásmicas ramificadas, bastante cortas de la neurona, dedicadas principalmente a la recepción de estímulos y, secundariamente, a la alimentación celular.
El excelente dibujo de Mariana Ruiz Villarroel, Artista mexicana en Hamburgo, muestra lo que vamos sabiendo de las neuronas humanas. Son complejos “mecanismos” electroquímicos que van “tejiendo” nuestro cerebro y sistema nervioso constantemente.
Los humanos nacemos con miles de millones de neuronas básicamente desconectadas, o conectadas muy pocas en muy pocos niveles, dado que en el vientre materno aprendemos algunas cosas, y tal parece que algunas cosas se “pre-cablean” como memoria genética. Pero, a partir de comenzar a conocer el exterior e interactuar con otra realidad mucho más compleja, nuestro aprendizaje se multiplica por las miles de nuevas sensaciones e informaciones que nuestro sistema sensorial capta del exterior( y también del interior). Así en la medida que activamos nuestro cerebro se teje la red neuronal que va definiendo lo que somos a partir que almacenamos lo que podríamos llamar nuestra cultura.
Resulta lógico inferir que cada ser humano recibe distintas informaciones por medio de distintos órganos sensoriales e internamente, las ramificaciones neuronales dendríticas, se complejizan para cada uno o una de un modo diferente.
* Los seres humanos tejemos todas y todos cerebros de modos distintos.
* Los seres humanos nacemos con miles de millones de neuronas y pocas conexiones.
* Pasado los tres años de vida, perdemos las neuronas no activadas. Por eso el período crítico de alimentación y de aprendizaje para un ser humano es entre los 1 y los 3 años. Allí se teje la inteligencia primaria. Si además, la alimentación en esa edad falla, la probabilidad de desarrollar la inteligencia se limita para siempre (Investigaciones de Fernando Rafael Monckeberg Barros, médico cirujano chileno, doctor en medicina de la Universidad Católica de Chile, especializado en nutrición, profesor, investigador y economista de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Medicina)
También pasa lo mismo si la estimulación en ese periodo no es la suficiente. Según UNICEF:
“Durante los primeros años de vida, y en particular desde el embarazo hasta los 3 años, los niños necesitan nutrición, protección y estimulación para que su cerebro se desarrolle correctamente. Los progresos recientes en el campo de la neurociencia aportan nuevos datos sobre el desarrollo cerebral durante esta etapa de la vida. Gracias a ellos, sabemos que en los primeros años, el cerebro de los bebés forma nuevas conexiones a una velocidad asombrosa, según el Centro para el Niño en Desarrollo de la Universidad de Harvard, más de 1 millón cada segundo, un ritmo que nunca más se repite. https://www.unicef.org/es/desarrollo-de-la-primera-infancia
“Dicho con frialdad, si un país descuida la nutrición , afecto y la estimulación educativa y cultural de sus hijas e hijos durante los primeros tres años, será un país de “ tontas y tontos”,
Tonto, tonta: RAE: 1. adj. Dicho de una persona: Falta o escasa de entendimiento o de razón. U. t. c. s.
Si el país educa y alimenta a sus hijos de modo sectario o segregado económicamente (Chile 2020), establece por generaciones la brecha más importante usada en el dominio de clases (nota del autor)”
A partir de los 20 años, se pierden del orden de 50.000 neuronas diarias, a los 75 años habremos perdido el 10% del total original, eso sin contar las que se pierden por traumas, drogas duras o drogas blandas como alcohol, cigarrillo o contaminaciones del ambiente(como sucede en nuestras “zonas de sacrificio”).
De todo esto se deduce la importancia personal de tejer continuamente nuestra “red neuronal interna”, que no es otra cosa que nuestra inteligencia. Lo que hay en nuestro particular cerebro, diferente al de los otros 8.000.000.000 de seres humanos, que hoy existimos sobre el planeta. O sea la inteligencia y lo almacenado en nuestro cerebro, la cultura, crece diferenciadamente y constantemente a pesar de la perdida neuronal. (o decae constantemente si nos dejamos estar).
Nuevas evidencias han relacionado un menor número de ramificaciones en las neuronas –las dendritas– con mayor probabilidad de enfermedad psiquiátrica. Una anomalía que, además, se ha vinculado a un gen, lo que sugiere la posibilidad de que el desarrollo del cerebro sea clave para condicionar esta clase de patología. La investigación (2016)que ha dado pie a estas hipótesis ha sido dirigida por científicos de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos)
La nueva red neuronal externa, la red neuronal social.
Habiendo explicado someramente como es la red neuronal de nuestros cerebros, red que además hace un trabajo interno relacionando e infiriendo nuevos conocimientos, razona, vale decir “Establecer relación entre ideas o conceptos distintos para obtener conclusiones o formar un juicio”. A partir de ello podemos explicar un poco más claramente como son las redes neuronales externas a nuestro cuerpo, que últimamente hemos estado construyendo profusamente, gracias a las nuevas y poderosas “dendritas”, que habilitan la tecnología de las comunicaciones e informática, usando la red global de Internet, por medio de miles de millones de objetos electrónicos ya de uso común.
Según el informe 2020 de ITU, agencia de la ONU, hay uno 4.500.000.000 de usuarios de computadores en el mundo, ya sean máquinas domésticas o de oficina, como computadores desktop, laptops, tablets y ahora teléfonos, llamados inteligentes, por su capacidad de cómputo en extremo portátil. Igual aun hay más teléfonos en Tokio que en toda África Subsahariana, un tercio de la población del planeta aun no accede a la red. Sin embargo, los proyectos privados de ampliación de cobertura como los de Space X, Star Link, proyecto de Elon Musk, ya con más de 700 satélites de órbita baja, que lograrán dar cobertura de alta velocidad de internet a regiones de todo el planeta que hoy lo necesitan, allí donde «el acceso ha sido poco confiable, costoso o completamente no disponible». Avanza también la red 5G, que también promete aumentar velocidades y de banda ancha, por supuesto ambas iniciativas tienen sus opositores, y son criticadas, pero Star Link está ya en el espacio y la red 5G ha iniciado su proceso en algunos países de Europa y Chile.
En registro 2020, Anatel, Chile se acerca a los 30.000.000 de equipos telefonía móvil con 20 millones de habitantes. Evidentemente aun existen sectores de la población y el territorio donde hay carencias. Sin embargo, para el tema que tratamos en este artículo, podríamos asegurar que casi todos y todas los estudiantes universitarios si tienen equipos y de algún modo acceden a la red. Esto por que hoy la enseñanza universitaria durante la pandemia es 100% virtual. Este ha sido un tema importante en todo el CRUCH y las universidades han invertido grandes sumas en apoyar la portabilidad comunicacional de sus estudiantes. Si el estudiante no accede, deberá congelar o retirarse. Una situación muy dura para muchos y muchas, que de todas formas ha acelerado la evolución digital universitaria este 2020.
Aquí es donde cabe destacar el tema de las redes neuronales universitarias, que igual se reflejan en redes neuronales ciudadanas más extendidas (como las que se activaron durante el estallido social). Si embargo, en la universidad esto tiene otro carácter más profundo:
- Hay un paralelismo generacional etario, los estudiantes tiene entre los 19 y los 27años.
- Grandes grupos comparten grandes comunidades de objetivos como por ejemplo y entre otras, la sustentabilidad ambiental, la revolución de género, la democracia y participación ciudadana(se vio en los cabildos durante el estallido de octubre2019).
- Grupos más pequeños, comparten intereses más acotados por ejemplo: relativos a la carrera o nivel que cursan, incluso las clases mismas en particular.
Los nodos de esta red neuronal universitaria son además, inteligentes, los más inteligentes de su generación, que tuvieron además las opciones y pudieron pasar la pruebas y llegar a la universidad. La UTFSM por ejemplo, tiene hoy 19.530 estudiantes. Cada nodo inteligente humano tiene internamente 86.000000.000 de neuronas activas y bien conectadas, en pleno proceso de crecimiento cultural avanzado. Cada uno de esos nodos inteligentes está exteriormente conectado por dendritas electrónicas, que fluyen por múltiples canales de internet global, e intensamente conectado con sus compañeras y compañeros de estudio. El poder actual de esta red neuronal se ha potenciado, durante el confinamiento por pandemia y la comunicación virtual, de un modo que nunca antes se había dado en la historia de la humanidad, del país y la universidad. Digamos que se trata de una Entidad, o parte de incluso una mayor, que aun no se ha dado cuenta de todo su potencial
Por el momento, mi experiencia enfrentado a estas y estos estudiantes, es bastante esperanzadora. Generan una identidad muy sólida con su grupo, su universidad, su país. Comparten abiertamente información, son claramente solidarios con el conocimiento, cosa que debemos aceptar que, anteriormente, no se daba con facilidad, es más el sistema de indexación de publicaciones y patentamiento, en que estamos los mayores, fomenta precisamente lo contrario, podríamos decir aquí que el sistema antiguo es perversamente compartimentado, en función de no ser solidarios con el conocimiento.
Mis estudiantes de hoy comparten sin prejuicio sus fuentes y descubrimientos y, si encuentran algo que ayude al trabajo o tarea de un par, lo comunican. Se enseñan mutuamente los “Tips”, una palabra del inglés que significa “consejo” o “sugerencia”. Y los usan como las claves para entender e utilizar el conocimiento (las “paltas” o claves de las materias en términos sansanos).
En un curso taller, como los de Arquitectura de últimos años, los resultados de un buen diseño de proyecto, informado técnica, material, estructural, antropométrica, social, cultural y ambientalmente, suelen ser sorprendentes, sobre todo si son el reflejo de un trabajo en equipo sobre múltiples propuestas.
Por supuesto, “el lado oscuro” también usa hábilmente la red, desarrollando asuntos como el “bullying digital”, el “pishing” de datos e identidades, las “fake news” los “faketips” etc. Sin embargo, los estudiantes avanzados lidian con mayor soltura en estos entornos. Las normas de este proceso tan rápido, recién se están escribiendo, el bien y el mal subyacen en todo, también en estas redes neuronales, lo importante es la cultura necesaria para discernir y decidir.
Por el momento mi trabajo con estos grupos privilegiadamente inteligentes y potenciados tecnológicamente, híper-conectados en red, sin obviar las malas situaciones, ha sido optimista y lleno de situaciones positivas. Este 2020, la universidad ya no es la misma, es una entidad humana increíblemente poderosa, de la cual debiésemos esperar grandes resultados para el país.
[1] Zoom Video, también conocido como Zoom y Zoom App, es un programa de videollamadas y reuniones virtuales, accesible desde computadoras de escritorio, computadoras portátiles, teléfonos inteligentes y tabletas. Su fabricante es la empresa Zoom Video Communications, asentada en San José, California.
[2] Se “cae la red”. Cuando por fallas técnicas, de hardware, de informática o por saturación, el proveedor de internet desconecta el servicio, incluso se pone inestable, reduce la densidad de datos comprometidos, etc. Este período de confinamiento y trabajo virtual ha sido una dura prueba para todos los proveedores. Por ejemplo: Sólo desde marzo a junio 2020, el SERNAC recibió más de 11 mil reclamos contra VTR lo que representa un aumento de casi 270%, la mayoría por problemas de señal en servicios de internet.
[3] En Informática, como avatar se denomina la representación gráfica que, en el ámbito de internet y las nuevas tecnologías de la comunicación, se asocia a un usuario para su identificación en el mundo virtual. Los avatares pueden ser fotografías, dibujos o, incluso, representaciones tridimensionales.
[4] Ciclo natural de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas. En los humamos está muy relacionado a las intensidades y colores de la luz, el día y la noche.
[5] APP, diminutivo de “Application” o aplicaciones de software, tales como Whatsapp, twitter, tiktok, facebook etc.
[6] El psicólogo Michael Zarate ha acuñado el término “inercia cultural” para referirse a las reacciones al cambio social,. La inercia cultural se define como el deseo de evitar el cambio cultural y también el deseo de que el cambio continúe una vez que ya está ocurriendo
[7] LadyofHats (English original); Josell7 (Spanish translation) – Translation of Image:Complete_neuron_cell_diagram_en.svg. Image renamed from Image:Complete neuron diagram español.svg
Recommended Posts
¿Por qué estudiar los maximalismos doctrinarios en el fracaso del proceso constitucional?
Noviembre 19, 2024
Trump, Putin y Netanyahu: Tiempos de renovación imperial
Noviembre 13, 2024
La crisis que ya está
Octubre 24, 2024
Excelente, quién mejor para describir esta vorágine de cambios que se nos vino a todos encima, felicitaciones Pedro, me encantó tu columna