Bernardo Donoso – Una forma y un fondo*

“No hay un solo problema de la educación, y tampoco hay una solución óptima”. El libro de Patricio Meller es una contribución que debe ser parte de los diálogos nacionales sobre educación, en diversos niveles de la sociedad y de los tomadores de decisiones. Opino que la educación merece también una forma para ser debatida.

He participado, junto a otros profesores universitarios y personas interesadas en la pregunta ¿qué país queremos para el futuro?, en la presentación en Valparaíso del libro “Claves para la educación del futuro: creatividad y pensamiento crítico” escrito por el destacado académico Patricio Meller. Publicado por Catalonia, la primera edición es de diciembre de 2018. El profesor Meller es ingeniero civil, doctor en economía, investigador y formador de personas, con un extenso compromiso con las políticas públicas y de servicio a su país.

Lo primero que deseo compartir es el ambiente en que se desarrolló este momento; podríamos decir que es natural que sea así. Los que tuvieron a su cargo la presentación de la obra, las palabras y el análisis del autor y sus motivaciones, las preguntas de los participantes, generaron un ambiente de calidez en la reflexión, de simpatía en las diferencias, de libertad intelectual, de búsqueda común en las perspectivas. Pura forma podría alguien afirmar. Sí, es de la forma que quiero relevar su importancia. Sobre todo en medio del ruido (el de los sonidos y el de la mente y el alma) que impide escuchar aplastando la empatía para descubrir en común.

¿Esta pequeña reunión y su forma empieza a ser una rareza? Una rareza que debiera ser la conducta común en la construcción de las políticas públicas. El asunto no es sólo el tamaño del grupo, ni la materia en cuestión (entendiendo que las hay de diversa complejidad y sensibilidad), sino que parece ser del orden de la cultura (no entendida sólo como ser educados), del cómo se analizan los asuntos que tienen que ver con el país que queremos. Las formas podrían hacer difícil llegar al fondo razonable, factible, acordado, de mirada larga.

Sobre el fondo ahora. La materia del libro es una invitación necesaria, hay una mirada propositiva centrada en la calidad de la educación escolar, sobre el “qué hacer”. Al abrirlo, aparece el epígrafe, recogido de Borges “Pensar, analizar, inventar no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia”. Válido no solo para la educación escolar, también para aquellos que son o pretenden ser actores de liderazgo. Meller escribe de las brechas educacionales, del contexto en el siglo XXI ( ese que estamos “viviendo”), los desafíos de este siglo.

Un capítulo se focaliza en las habilidades que nos urgen, cuyo fundamento se vincula al papel de la educación: valores (“competencias necesarias para la autorrealización futura de cada persona”) y empleo (habilidades para el trabajo y el vivir con nuestra familia). Dedica un espacio cuidado a los fundamentos, implementación y evaluación del pensamiento crítico. Así se acerca a la creatividad, al proceso creativo, al aprendizaje y su medición. Contrasta el pensamiento crítico y la creatividad. Presenta el debate sobre el rol de la educación, los grandes tópicos en nuestro debate local y sus reflexiones y propuestas. “No hay un solo problema de la educación, y tampoco hay una solución óptima”. El libro es una contribución que debe ser parte de los diálogos nacionales sobre educación, en diversos niveles de la sociedad y de los tomadores de decisiones. Opino que la educación merece también una forma para ser debatida.

---

*Columna publicada por El Mercurio de Valparaíso.

Domingo 9 de Junio de 2019.