Pedro Serrano – Agua
El agua que por asuntos meteorológicos naturales hace miles de años cae gratis sobre el territorio y se acumula gratis en nieves eternas, lagos y lagunas, corre gratis por ríos y esteros de la república, debiese pertenecer a la república y sus habitantes como patrimonio de todos y por supuesto, ser regulada con justicia y equidad. Eso no es así y en realidad, es un embrollo donde se mueven millones de dólares, fidelidades parlamentarias y acciones de la justicia.
El agua en nuestro planeta aparentemente ha mantenido su cantidad sin alterar por los últimos miles de años, abundantemente salada en los océanos 96,5%; dulce y congelada en el ártico, la antártica, glaciares, las altas cumbres planetarias y Groenlandia, un poco como vapor de agua en la atmósfera y otro poco, como dicho vapor condensado en gotitas en las nubes, la lluvia, la bruma. Entre hielo, humedad atmosférica, lagos y ríos el 3,5% del total del agua global es agua dulce, y la mitad de ella está congelada.
Es muy probable que una molécula de agua que circuló por la venas de un saurio todavía circule o forme parte de nuestro cuerpo actual, así de persistente es la molécula.
El cuerpo humano es principalmente agua, cuando somos jóvenes tenemos en torno al 80% de nuestras células (65%), sangre y otros fluidos (35%) están compuestos por agua. Nótese que en la medida que envejecemos nos vamos “secando” hasta llegar al 60%.
Vale decir, un humano adulto medio de 65 kilos tiene en torno a los 52 litros de agua en su cuerpo. Y el agua de nuestra piel, nuestras células y nuestra sangre se va cambiando constantemente, por lo tanto necesitamos diariamente del agua DULCE limpia para seguir vivos.
Según el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, hoy dirigido por la ex presidenta Michelle Bachelet y su Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, CDESC, se reconoce el “derecho humano al agua”. Lo que obliga al Estado de Chile a actuar en consecuencia, vale decir “debe impedir que terceros denieguen el acceso al agua potable en condiciones de igualdad y contamine o exploten las fuentes de agua”.
Desde el 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarios entre 50 y 100 litros de agua potable por persona al día para garantizar que se cubran las necesidades más básicas y surgan pocas preocupaciones en materia de salud.
Aquí aparece otro término importante para nuestra supervivencia como especie: el agua “potable”, vale decir aquella agua apta para el consumo humano, que puede ser consumida sin restricción para beber o preparar alimentos.
Según nuestra Superintendencia de Servicios Sanitarios, Agua Potable:
“Es el agua que al cumplir los requisitos bacteriológicos, de desinfección, físicos, químicos y radiactivos de la norma, es apta para el consumo humano. Las condiciones mínimas de calidad del agua potable son las establecidas en la norma chilena NCh 409” .
Al año 2010 había 175 comunas en Chile con problemas de acceso al agua potable certificadamente potable. En septiembre de 2018 había 75, poco más de medio millón de Chilenos con problemas de acceso al agua potable. Vale decir, tenemos un derecho humano mal protegido por el estado chileno. Es un derecho, independiente de las condiciones climáticas, sequías, aluviones, o efectos del cambio climático.
Agua dulce en Chile hay y mucha, sólo hay problemas, y graves, con la disponibilidad de agua potable para la población. Lo que pasa es que no toda el agua dulce está limpia en nuestro territorio, ni está cerca de las necesidades de consumo humano, y por otra parte la mayor cantidad de agua dulce se utiliza masivamente en 3 actividades de la república: la agricultura, la minería, y la industria.
Aquí es donde entran en juego los problemas políticos chilenos. Desde 1981, el código de aguas de la dictadura dejó a Chile como el único país del globo donde constitucionalmente la propiedad del agua puede ser privada. Entendiendo y para nada compartiendo, como es que esto llegó a suceder, resulta que hoy en día, 2019, 38 años después, aun se mantenga esta internacionalmente vergonzosa situación. El agua en Chile se puede ofrecer y transar por internet, usar como propiedad para trámites bancarios etc.…Y eso está entrando en contradicción con el hecho de que en Chile y el planeta, el agua potable es un derecho humano.
En Valparaíso la historia del agua potable es una muestra palmaria de lo dicho:
“En 1977, cuando se crea (SENDOS), se constituye la Empresa Sanitaria de Valparaíso (ESVAL). Dicha compañía se constituyó en 1988, finales de la dictadura militar, como sociedad anónima por (CORFO), al amparo de la Ley 18.777 que autoriza al estado para desarrollar actividades empresariales en materia de agua potable y alcantarillado.
El año 1998, durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, Esval se convierte en la primera sanitaria privatizada en Chile. Entonces Aguas del Puerto S.A. (Anglian Water Chile con Enersis) compran el 40%. En Agosto del 2000 Anglia Water compra el 100%. En 2003 Consorcio Financiero S.A. compra el 44,78% de las acciones de Esval. En noviembre de 2007 Inversiones OTPPB Chile III Limitada y Westwater Investments Limited, mediante una OPA, adquieren el 69,37% y CORFO mantiene el 29,4% En diciembre del 2009 Westwater Investments Limited vendió todas sus acciones en Esval a Mareco Holdings Corp, la cual suscribió un pacto con Inversiones OTPPB. Esta última, a fines de 2009, era poseedora del 69,77% de las acciones, mientras que la CORFO mantiene el 29,43% de las acciones de Esval.”
Resulta difícil para el ciudadano medio seguir la pista de estas intrincadas transacciones comerciales con nuestra agua y sanidad, sólo puedo asegurar, como consumidor conconino, que el agua potable que consumo está cada vez de peor calidad organoléptica.[1]
Toda el agua dulce chilena, por lo demás, cae sobre territorio chileno de modo gratuito en forma de nieve, lluvia o bruma. Naturalmente es parte del territorio y sus ciclos naturales. A partir de ello, es difícil pensar como un regalo que, literalmente, cae del cielo sobre el territorio, pueda llegar a ser parte de la fortuna de algunos pocos.
Por supuesto que esto es una contradicción, una vergüenza y por consecuencia, una “sin-vengüenzura” de quienes ejercen este in-humano derecho constitucional, aun vigente. Vaya, que difícil va a ser explicar esto a mis hijos y nietas y nietos.
Así como en las leyes de pesca en Chile, en esto del agua corren los intereses económico-políticos en todos los bandos, a pesar de lo ilógico que puede parecer el asunto desde el punto de vista natural. El agua que por asuntos meteorológicos naturales hace miles de años cae gratis sobre el territorio y se acumula gratis en nieves eternas, lagos y lagunas, corre gratis por ríos y esteros de la república, debiese pertenecer a la república y sus habitantes como patrimonio de todos y por supuesto, ser regulada con justicia y equidad. Eso no es así y en realidad, es un embrollo donde se mueven millones de dólares, fidelidades parlamentarias y acciones de la justicia.
Según OLCA Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, en Chile el sector agrícola es el principal usuario consuntivo de agua, con extracciones de alrededor de un 73%, y la minería y los usos industriales comparten un 21%. El 6% restante sería el uso doméstico.
Igualmente se estima que del total del agua que escurre por los ríos y esteros de Chile el 84% se vierte al mar.
Como ya se ha dicho en otros artículos de este Foro, Chile es un país angosto de altas pendientes, por lo tanto, difícilmente el agua que escurre por las cuencas dura más de 24 horas en los cauces fluviales. Con esa rapidez se hace necesario aplicar tecnologías para embalsar y escurrir el agua hacia napas subterráneas. Esta es, mas allá de los avatares políticos, que debieran resolverse en justicia y en el corto plazo, una necesidad de obras públicas a largo plazo para todo el país.
Según Salazar (MOP, 2003) “Chile cuenta con 1.251 ríos, los que se emplazan en las 101 cuencas principales existentes en el país. Además, hay más de 15.000 lagos y lagunas de todo tipo de formas y tamaños. que constituyen un invaluable activo medio ambiental y turístico”. En resumen, el acceso al agua dulce potable es un derecho humano, más allá de climas, cambios o geografías difíciles. Agua dulce el territorio de Chile dispone y mucha. El ciclo natural del agua mueve la evaporación de los océanos y deja caer millones de toneladas de agua dulce a lo largo de la patria, es posible hacer obras para detenerla y distribuirla equitativamente pero, por “cuestionables cuestiones” de nuestra historia, el agua dulce no pertenece a la república ni sus habitantes.
[1] 2.[propiedad de un cuerpo] Que se percibe con los sentidos (untuosidad, aspereza, sabor, brillo, etc.), a diferencia de las propiedades químicas, microscópicas, etc.
Recommended Posts
¿Por qué estudiar los maximalismos doctrinarios en el fracaso del proceso constitucional?
Noviembre 19, 2024
Trump, Putin y Netanyahu: Tiempos de renovación imperial
Noviembre 13, 2024
La crisis que ya está
Octubre 24, 2024