Juan Paulo Roldán – Valparaíso: una ciudad que atrae a los universitarios del mundo
En la región de Valparaíso, falta que el sector político y las instituciones públicas escuchen más a las universidades. Lo internacional es más que sólo intercambio estudiantil y es más que innovación curricular. Es más que ofrecer cursos de inglés o de español para los alumnos de intercambio. Detrás de este concepto, se esconde la integración, la cooperación y la generación de redes.
Mucho antes que se instalaran las universidades en Valparaíso, la ciudad ya contaba con un carácter internacional, pues era considerada el principal centro intermediario del Pacífico Sur en el siglo XIX. Esto se debió al pujante comercio exterior, donde el puerto era visto como un referente gracias a los estrechos contactos con los mercados de Perú, Bolivia y Ecuador. En ese periodo, también se generaron valiosos nexos entre Valparaíso e Inglaterra, que ocupaba una posición hegemónica en el sistema económico mundial.
A fines del siglo XIX, la tasa de crecimiento de los porteños llegó a superar a la de Santiago y la del país. La ciudad se pobló rápidamente de inmigrantes procedentes de Inglaterra, Alemania, Italia y España, donde la identidad surgió en la diversidad que ofrecía su carácter internacional. En dos obras de transporte emblemáticas de Valparaíso, por ejemplo, es posible apreciar también el aporte de los inmigrantes: en la construcción de los ascensores y en la habilitación de los tranvías.
Tal como plantea el Premio Nacional de Historia 2008 y Profesor Emérito PUCV, Eduardo Cavieres, en el siglo XVIII los vínculos de Valparaíso fueron sobre todo con el puerto de El Callao en Perú y en el siglo XIX la relación se estrechó más con Londres y Liverpool en Reino Unido. Durante las últimas décadas, nos hemos acercado fuertemente con el sudeste asiático gracias al comercio exterior. En suma, Valparaíso siempre ha estado globalizado, incluso cuando los conceptos sobre globalización han ido cambiando.
En la actualidad, la ciudad puerto continúa potenciando su imagen internacional a través de la llegada de alrededor de 2 mil alumnos extranjeros que cada año optan por vivir la experiencia de estudiar en Valparaíso y desde ahí conocer Chile o Sudamérica. Por otro lado, muchos universitarios chilenos deciden complementar su formación fuera de nuestras fronteras. En ese sentido, Valparaíso es una puerta de entrada y de salida que favorece la internacionalización de sus estudiantes.
De acuerdo a estadísticas que poseen las universidades tradicionales de Valparaíso, el 54% de los alumnos extranjeros que llegan a la ciudad lo hacen desde Estados Unidos y Canadá, el 32% proviene de Europa, el 13% viaja desde América Latina y México, mientras que sólo el 2% arriba desde Asia.
Según un estudio realizado por ProChile donde se analizaron los diversos clústers exportadores regionales con 36 instituciones de educación superior –incluyendo a 12 universidades, 12 centros de formación técnica y 12 institutos profesionales- se alcanzó un ingreso anual de 470 millones de dólares, lo que representó el 6% del Producto Interno Bruto de la Región de Valparaíso. Se calcula que un estudiante extranjero gasta anualmente una cifra cuatro veces mayor a la de un estudiante nacional durante el mismo periodo.
¿Por qué los alumnos vienen a estudiar a Valparaíso? Según el trabajo realizado por ProChile los jóvenes valoran la categoría de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad, la que obtiene una nota 6,0. También destacan la diversidad geográfica que ofrece la región con sus playas, montaña, nieve y paisajes naturales (6,2); la facilidad y cobertura del transporte público (5,6); la cercanía con los atractivos turísticos como Isla de Pascua, el desierto de Atacama y la Patagonia (6,7) y la oferta gastronómica (5,6). La categoría peor evaluada es la infraestructura universitaria (4,3) y la disponibilidad de lugares para hacer deportes (4,6).
En el ámbito de los intangibles, se destaca la buena imagen de Chile (6,7); la posibilidad de vivir una cultura latinoamericana (6,7); las categorías de ciudades entretenidas con panoramas musicales, cine y bohemia universitaria (6,8); la calidez y simpatía de la gente (6,2); la calidad de la universidad (5,7). Lo más bajo en la medición corresponde a la posibilidad de vivir tranquilos y seguros (5,0).
Como fortalezas, los alumnos valoran el concepto de “ciudad universitaria” con alta concentración de instituciones de educación superior. En ese sentido, destacan que Valparaíso cuenta con una oferta académica amplia y diversa en todas las áreas del conocimiento y programas con flexibilidad de tiempo; las universidades tienen experiencia en movilidad estudiantil y están vinculadas internacionalmente; presentan una oferta y experiencia en programas con componente de aprendizaje en lenguas, especialmente español; poseen una estructura organizacional para potenciar el intercambio; y cuentan con una infraestructura apta para recibir a estudiantes extranjeros.
Como debilidades, se aprecia que hay una baja interacción y estandarización con los servicios anexos a los académicos prestados a estudiantes extranjeros durante su estadía, principalmente alojamiento, entretención y alimentación; hay un bajo dominio del inglés en la población; la información sobre gestión de la industria no cuenta con canales adecuados de difusión; se aprecia una fragilidad financiera/académica estructural en algunas instituciones para abordar la internacionalización; y falta una estructura organizacional para abordar mercados internacionales con oferta de postgrados.
Las universidades son actores principales en el contexto de lo que hoy se denomina la Sociedad de la Información y el Conocimiento. En el complejo escenario que nos ofrece la globalización, las instituciones de educación superior son consideradas a nivel mundial como uno de los pilares fundamentales dentro de los procesos de internacionalización que enfrentan los países, acercando fronteras, propiciando el encuentro, compartiendo estudios y estrechando lazos entre investigadores y alumnos que hoy se mueven en magnitudes como nunca antes ha ocurrido en la historia.
En la región de Valparaíso, falta que el sector político y las instituciones públicas escuchen más a las universidades. Lo internacional es más que sólo intercambio estudiantil y es más que innovación curricular. Es más que ofrecer cursos de inglés o de español para los alumnos de intercambio. Detrás de este concepto, se esconde la integración, la cooperación y la generación de redes.
Valparaíso es un actor de primera línea, que podría tener una voz más fuerte y clara a través de sus universidades, así como una vez lo fue como principal puerto del Cono Sur en el Océano Pacífico. Para lograr este objetivo, no sólo necesitará de las instituciones de educación superior, también del Gobierno Regional, de los municipios, el Congreso Nacional, la Cámara Regional de Comercio, el Servicio Nacional de Turismo, entre otros actores públicos y privados.
La internacionalización es un objetivo difícil de lograr y va cambiando con tal rapidez, que se debe estar preparado para responder de manera instantánea a los requerimientos que ofrece el contexto de la globalización. Sólo en conjunto, con un discurso claro y un fuerte liderazgo, propiciando la cooperación y aprovechando las ventajas que nos ofrece Valparaíso como polo universitario, se podrá contribuir a que nos conozcan más en el extranjero y que la ciudad se transforme en un verdadero referente en el complejo escenario de la educación superior internacional.
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