Manfred Wilhelmy en Puerto de Ideas – El desafío de APEC 2019
Esta columna de opinión recoge la exposición de Manfred Wilhelmy en el Festival Puerto de Ideas Valparaíso 2018. En ella analiza los desafíos de la próxima reunión de APEC 2019.
Estamos próximos a asumir la conducción del Foro APEC por el año 2019.
Es un desafío complejo, que puede beneficiar a Chile pero al mismo tiempo está asociado a riesgos significativos. APEC enfrenta el riesgo de convertirse en un foro relativamente irrelevante si no enfrenta los serios problemas de la coyuntura político-económica internacional.
Esta presentación se queda en el plano al que acabo de aludir, el de la coyuntura. No entramos en dimensiones estructurales de mayor envergadura, como sería una discusión sobre los contextos internacionales en que se enmarcan las iniciativas de cooperación regional. O sea, evitamos aquí entrar en el estudio de una probable relación disfuncional entre un sistema de competencia bipolar de potencias y el regionalismo, y una relación más positiva entre éste y alguna forma de multipolarismo.
En la medida que los miembros, especialmente la economía que preside el Foro, lleven a éste los problemas de la actual coyuntura, como las recaídas en el proteccionismo y la guerra comercial, APEC correrá el riesgo, que ya han enfrentado otras agrupaciones, como el G 20 o el G 7, de sufrir una crisis por falta de consenso en cuestiones centrales de la agenda.
Este dilema exigirá a fondo a la diplomacia chilena en éste, el mayor compromiso internacional del gobierno del Presidente Piñera, como él mismo ha señalado.
- Chile ingresó a APEC en la época del llamado “milagro del Este de Asia” (título de una publicación del Banco Mundial sobre el desarrollo de la región a fines del siglo pasado).
- Algunos elementos de caracterización del marco político-económico y de concepciones internacionales de ese período:
- Auge de la idea de cooperación e integración transpacífica: APEC tenía 4 años a la fecha de la I Cumbre de Líderes q abrió las puertas del Foro a Chile. En esa cumbre, los Líderes declararon que la solicitud de admisión de Chile era bienvenida. En general, reinaba el optimismo propio de la primera fase de la post-Guerra Fría. La II Cumbre de APEC, con participación del Pres. Eduardo Frei R.-T., formuló las Metas de Bogor I y II, a alcanzarse en los años 2010 y 2020 respectivamente, mediante una amplia liberalización de los intercambios entre los miembros desarrollados y todos los miembros de APEC.
- Claramente, prevalecía la idea del Pacífico como la mega-región con marcada vocación de prosperidad para los países, economías y sociedades integrantes, en el marco de la globalización en marcha.
- Era la época en que las economías del Este de Asia registraban muy altas tasas de crecimiento, con excepción de Japón, que ya había dejado atrás esa etapa.
- Estaba en desarrollo una creciente interdependencia regional “de facto”, principalmente sobre la base de la formación de cadenas internacionales de agregación de valor, o sea, se estaba produciendo una integración protagonizada por fuerzas de mercado más que por actores oficiales, como era el caso de la UE.
- A nivel global, imperaba una visión positiva de la evolución del comercio internacional. Había culminado la Ronda Uruguay del GATT en el Acuerdo de Marrakech, y se fundó la OMC como sucesora del referido acuerdo, elevándose el nivel de institucionalización multilateral de las relaciones comerciales.
- Se había reanudado el proceso de reformas económicas en China, que había sufrido un estancamiento luego de los hechos de la Plaza Tiananmen a mediados de 1989.
- Había llegado la paz a la subregión de Indochina, normalizándose las relaciones entre Vietnam y sus vecinos, luego de largos y trágicos enfrentamientos en países como Camboya. Ello permitió la expansión del foro de cooperación e integración del Sudeste Asiático, ASEAN.
- La crisis financiera asiática de 1997-99 fue un interludio. APEC tomó nota de la crisis pero no contribuyó de manera relevante a encararla y superarla. El FMI y el Banco Mundial tuvieron los roles protagónicos, junto a países de la región que cooperaron con ese fin, destacándose entre ellos la R.P. China.
Pero –como advirtió el entonces Canciller José Miguel Insulza- había que esperar que esta crisis pasara, no precipitarse desahuciando prematuramente la apertura hacia el Asia-Pacífico. Efectivamente, la recuperación llegó, marcada sobre todo por el creciente protagonismo de China. El año 2001, China logró su objetivo de ingresar a la OMC. Ese mismo año, se iniciaron nuevas negociaciones comerciales multilaterales, conocidas como la Ronda de Doha (DDA).
- En ese contexto, Chile presidió el ciclo anual APEC 2004, bajo la conducción del Pdte. Ricardo Lagos E. APEC 2004 fue un ejercicio exitoso en que se conjugaron los mejores esfuerzos de nuestra diplomacia, de los empresarios en el Consejo Consultivo ABAC y la reunión ampliada APEC CEO Summit.
En APEC Business Advisory Council (ABAC), surgió la propuesta de un tratado amplio de libre comercio de la región Asia-Pacífico. Se trató de impulsar esta iniciativa bajo APEC a pesar que, en términos de la filosofía original de regionalismo abierto de APEC, se apartaba del camino trazado en años anteriores. Se postulaba un mega-acuerdo preferencial vinculante, en circunstancias que APEC tenía como principio la acción concertada de los miembros, cada uno de los cuales ejercería unilateralmente, pero tomando en consideración a sus socios, sus facultades de abrir su economía, no solamente a los demás miembros, sino al mundo entero.
En la época Chile también avanzaba por la senda bilateral, inicialmente ajena a APEC, mediante acuerdos comerciales con países como Canadá, Corea y otros. O sea, los planteamientos originales de regionalismo abierto tuvieron un grado de adhesión más bien limitado.
- Pocos años después vendría la gran crisis financiera originada inicialmente por las hipotecas “subprime” y la caída del banco Lehman Bros. en EE.UU., que daría la vuelta al mundo causando una recesión y poniendo en evidencia las falencias de la globalización económica en curso, por ejemplo, en materia de gobiernos corporativos y regulaciones de las instituciones financieras.
De esos años, 2008 en adelante, nacen las tendencias neoproteccionistas y sus secuelas de agitación populista, la disminución relativa del tranco de la “locomotora” china conocida como la “nueva normalidad”, y el énfasis en los bloques comerciales con exclusiones significativas en Asia-Pacífico, como el Transpacific Partnership o TPP, versión económica del llamado “pivote asiático” de la administración Obama, que excluyó a China, y el movimiento East Asian Summit o ASEAN más 6, expresado en las negociaciones para constituir el bloque Regional Comprehensive Economic Partnership, RCEP, sin EE.UU. pero incluyendo la India. Esto último obviamente contribuyó a desdibujar la concepción transpacífica.
En todo esto, el papel de APEC no ha sido central, ya que el Foro se ha limitado a señalar que estas iniciativas pueden considerarse “building blocks”, ladrillos de una estructura regional, o “pathways”, senderos hacia la mentada zona amplia de libre comercio de la región. Un activo “lobbying” latinoamericano logró que entre los caminos hacia esta meta se considerara también la Alianza del Pacífico.
El riesgo de irrelevancia relativa de APEC surge desde el momento que al foro le resulta difícil enfrentar el proteccionismo del gobierno de Donald Trump, su política de “America First”, su preferencia por los bilateralismos, su enfoque mercantilista del comercio internacional, y su decisión de ir a una guerra comercial contra la R.P. China.
En estas circunstancias, diseñar y ejecutar un año APEC como si los hechos mencionados no fueran amenazas centrales a la trayectoria de 30 años de APEC, no sería una buena política. Limitarse a impulsar las prioridades como las que ha escogido nuestro gobierno (la agenda digital, las Pymes y el rol de las mujeres en el comercio), sería, en mi opinión, renunciar a la oportunidad para que pudiéramos, junto con otras economías, intentar un rescate del foro APEC. Procuraríamos situar en la agenda formal las preocupaciones reales que igual se manifestarán en la diplomacia informal de pasillos, reuniones bilaterales y de subgrupos dentro de APEC.
Los empresarios del Consejo Consultivo, ABAC, así han entendido su responsabilidad. La carta al Primer Ministro de Papúa Nueva Guinea que transmite a los gobiernos el informe anual 2018 de ABAC dice que el primer y más importante asunto de preocupación regional es el aumento de las tensiones comerciales. Es una necesidad “crítica” hacerles frente antes que desciendan a una debilitante ronda de medidas proteccionistas que comprometería los fundamentos sobre los cuales las economías y las empresas han prosperado por décadas.
(Alguien podría preguntarse cómo es posible que los representantes de EE.UU. en ABAC no objetaran este texto – pregunta legítima…. mi conjetura es que todos ellos, Richard Cantor de Moody’s, Scott Price de United Parcel Service (UPS), Marija Zivanovic-Smith de National Cash Register (NCR), fueron designados antes del gobierno de Trump)
Segundo, el informe anual de la red del Pacific Economic Cooperation Council (PECC), el más influyente entre los líderes de opinión de toda la región, coincide con los empresarios al concluir que el proteccionismo, las medidas unilaterales y la guerra comercial al margen de la normativa vigente es el mayor de los riesgos económicos que enfrenta Asia-Pacífico.
Por último, me permito citar la autorizada opinión de la economista indonesia Mari Pangestu, quien fuera candidata a la dirección general de la OMC. En un artículo en East Asia Forum (15 oct. 2018), ella corrobora que las políticas del gobierno de Donald Trump constituyen la mayor amenaza al sistema global de comercio basado en reglas, que desde mediados del siglo XX venía progresando en términos de estabilidad y equidad de los intercambios. Concluye llamando a los líderes de diversas regiones, convencidos del valor que tiene la normativa comercial internacional, a realizar esfuerzos concertados para salvaguardar el futuro del mismo. No podría estar más de acuerdo. Es algo que debiera situarse en el centro de APEC 2019.
Manfred Wilhelmy vW.
Director Ejecutivo del Centro de Estudios Avanzados y Extensión de la PUCV.
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