Chile y China más allá del litio

Para Chile, la relación con China no puede estar condicionada a los intereses estratégicos de otros países. El ex Secretario de Estado norteamericano, Tillerson;  en su visita a nuestra región a comienzos de 2018, se permitió señalar a los países latinoamericanos que limitaran las relaciones económicas con China. Tal advertencia   afectaría nuestra autonomía económica y nuestro compromiso con el multilateralismo. Por ello, para anticipar escenarios polarizantes, la política exterior de Chile debiera colaborar  con los países de la Alianza del Pacífico y del Mercosur, para evitar que la pugna geopolítica entre las dos principales potencias afecte a  nuestros países y constriña nuestras estrategias de desarrollo.

Es probable que escale la guerra comercial global y que a futuro vivamos una serie de tensiones derivadas de la pugna estratégica China – EEUU.  Para anticipar y prepararse es indispensable que Chile analice bien sus relaciones con China  y defina una estrategia de largo alcance. Siendo un país tan dependiente de las exportaciones y de la inversión extranjera,  es especialmente  prioritario precisar el vínculo político- económico que pretendemos lograr con nuestro principal socio comercial.

Hoy asoma  una ambigüedad que nos puede perjudicar. Por una parte, poseemos un vínculo privilegiado como primer país sudamericano en establecer relaciones diplomáticas con la República Popular China. Ello fue reafirmado  por China al firmar con Chile  el primer TLC 2.0 en noviembre de 2017 en Da Nang, con ocasión de la cumbre de APEC. Asimismo,  a través de la realización del II Foro Ministerial China-CELAC en Santiago, en enero de 2018. En 2017, el comercio bilateral alcanzó los 34 mil millones de dólares. Un 27 % de nuestras exportaciones van a China, el doble de lo que exportamos a los Estados Unidos. Chile es hoy el mayor exportador de fruta a China y el chino nuestro mayor mercado de vinos.

Pero por otra parte, nos distanciamos en temas que parecen puntuales, pero son emblemáticos. El litio es un caso ilustrativo. El reciente  descubrimiento en Perú de una mina de litio, que ellos afirman sería una de la mayores del mundo, y la reciente declaración boliviana de haber alcanzado un acuerdo con una empresa europea para producir baterías empleando litio, subrayan lo impredecible que es el mercado  internacional de minerales. Y nos advierten de la inconveniencia  de objetar la presencia de una empresa china como accionista  de SQM en reemplazo de una compañía canadiense.

Otro caso es el cable trans-Pacífico. En 2016, Chile presentó un  proyecto   de cable submarino de fibra óptica,  el primer cable de Internet a través del Pacífico Sur que respondería a nuestra meta de ser país puente entre China y America Latina.  El proyecto fue exitosamente incluido en un Memorándum de Entendimiento entre ambos países para efectuar un  estudio de pre-factibilidad. Sin embargo, en su Mensaje de 2018 al país, el Presidente Piñera  menciono este proyecto, lo que es encomiable, pero transformándolo en un cable “entre Asia y Sudamérica”, sugiriendo un consorcio de países de la región con algún país asiático, aún por determinar. De súbito, un proyecto chileno-chino  puede desdibujarse Esas cambiantes señales, trasmitidas por dos gobiernos diferentes, no pasan desapercibidas.

Para la estabilidad económica de Chile  es indispensable afianzar los mercados existentes y abrir nuevos, como los de Asia Central, terra incognita hasta ahora. Lo que hizo Chile, de la mano con Japón, para revivir el Acuerdo Transpacífico (conocido como TPP11) es el buen camino. Además, Chile debe atraer inversiones  de empresas que aporten tecnologías avanzadas para agregar valor agregado a nuestros recursos naturales y fortalecer la capacidad científica nacional.  En  un cuadro de turbulencia en la economía mundial, China es un socio estable y predecible. Varios países que poseen una relación ya madura con China  han diseñado una política del “gobierno en su conjunto” (“Whole of Government”) hacia ese país, instalando un comité especial para conducir las decisiones bilaterales claves y coordinar las distintas reparticiones.

Para Chile, la relación con China no puede estar condicionada a los intereses estratégicos de otros países. El ex Secretario de Estado norteamericano, Tillerson;  en su visita a nuestra región a comienzos de 2018, se permitió señalar a los países latinoamericanos que limitaran las relaciones económicas con China. Tal advertencia   afectaría nuestra autonomía económica y nuestro compromiso con el multilateralismo. Por ello, para anticipar escenarios polarizantes, la política exterior de Chile debiera colaborar  con los países de la Alianza del Pacífico y del Mercosur, para evitar que la pugna geopolítica entre las dos principales potencias afecte a  nuestros países y constriña nuestras estrategias de desarrollo.

Sergio Bitar

Ingeniero Civil. Exministro de Estado de los presidentes Salvador Allende, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, y exsenador por Tarapacá

Jorge Heine

Abogado, diplomático y exministro de Estado del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Exembajador de Chile en la República Popular China.

Share

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *