Pedro Serrano – El precio actual de la electricidad es un homenaje a los soñadores sansanos del siglo XX

“… aquellos que hace 40 años decíamos que usando solo energía solar podríamos alimentar con electricidad limpia a Sudamérica, demostramos que no estábamos tan equivocados. Se rieron de nosotros, pero esta historia nos reivindica, y sobre todo, hace un homenaje a aquellos precursores, muchos de ellos sansanos, que buscaron un futuro solar para la Humanidad”.

Don Julio Hirschmann Reitz fue el iniciador del que ahora es el Laboratorio de Energías Renovables (LER) en la Universidad Técnica Federico Santa María. Nació en Bolivia en 1902, estudió en Alemania y los avatares de la historia lo hicieron llegar, desde la antigua Unión de Republicas Socialistas Soviéticas, a Valparaíso, Chile, durante el año 1937.

Ya en la USM, en el área de termodinámica, don Julio se convirtió en el principal investigador y pionero en los usos de la energía solar en Chile. Inició el registro sistemático de data solar en distintas estaciones el país, y durante 40 años el personal de su laboratorio levantó diariamente registros a lápiz y papel de la radiación solar, disponibilidad de sol, temperaturas y humedades relativas, entre otros datos. Así se dio inicio al primer registro solarimétrico de Chile.

Su labor pionera permitió formar una buena base de profesionales e investigadores en el área. Yo también fui uno de ellos. Cuando entré a la Universidad a estudiar electrónica con 17 años, me acerqué a la torre central de la USM y me ofrecí de ayudante voluntario, con la intención de aprender todo lo que fuera posible sobre la energía solar, tema que en ese entonces, como gran lector de ciencia ficción, sospechaba que sería el futuro del planeta.

Don Julio Hirschmann fue mi tutor solar y de allí hasta hoy, he sido parte de las huestes solares de esta Universidad y me ha tocado deambular por Chile y muchos países del planeta desde los años 70, desarrollando proyectos de secado, agua caliente, fotovoltaicos, cocinas solares, aplicaciones en arquitectura, además del particular y específico nicho de la independencia energética de las comunidades rurales y urbanas.

Durante 40 años el mercado del petróleo y el carbón, que dominaron la escena energética nacional y también la política, hicieron una fuerte presión mediática, casi un “bullying” permanente para desacreditar los logros y avances en el tema; por años muchos de nosotros tuvimos el epíteto de locos y soñadores de algo imposible.

Ahora, en la última década, y sobre todo en los últimos años, las energías renovables no convencionales (ERNC), han dado en Chile pasos gigantescos. Este 2018 nuestro país tiene la 2ª licitación mas baja de su historia sobre bloques de energía eléctrica en los sistemas interconectados SIGN y SIC, con ofertas solares y eólicas que rompieron todos los moldes de los monopolios privados de la energía.

No hace mucho, en 2011, los precios de la electricidad para la industria en Chile fueron de 154 US$/MWh, siendo el sexto con los índices más altos del conjunto de los 34 miembros de la OCDE y 40 US$ por encima del promedio ponderado de la organización. Este país con la electricidad más costosa de Latinoamérica, mostraba que la industria energética, en su mayoría en manos privadas, estaba usufructuando en exceso de su monopolio.

El 15 de mayo de 2014, la presidenta Michelle Bachelet, presentó un documento con el fin de “construir y ejecutar una política energética de largo plazo que tuviera validación social, política y técnica”, que hiciera frente a un escenario en que los precios de la energía eléctrica habían aumentado considerablemente en la última década.

Ya en el 2016 se presentaron ofertas por menos de 40 U$ el mega watt hora, menos de un tercio del precio histórico al que la industria eléctrica nacional nos tenía acostumbrados. Los oferentes más bajos fueros solares y eólicos, generando un verdadero shock en la industria energética convencional. Con eso el costo promedio general del mega watt hora quedó en torno a los 60 US$.

En la última licitación del 2017, la licitación seguiría haciendo historia: se trataba de proveer 12.430 GWh/año a partir de 2021 y hubo 40 ofertas donde se esperaban precios en torno a los 40 US$ el MWh. La más baja de las propuestas presentadas hasta ahora es la del proyecto Valle Escondido Solar, que ofreció un precio de US$ 29,2 MWh, valor que se ubica incluso por debajo de las expectativas más optimistas.

Mientras en noviembre de 2017 el sector termoeléctrico convencional bajó al 20%, e Hidro-Aysén, el mega proyecto de Endesa en la Patagonia chilena, cerró definitivamente, el sector renovable no convencional crece como nunca antes. En sólo 2 años las ERNC han instalado casi el doble de la potencia esperada de Hidro-Aysén.

Esto se suma a la inauguración de la esperada interconexión SIC SIGN, que ahora une la red eléctrica en el norte y el sur, facilitando la conexión de nuevas centrales eólicas y solares; y también, a la primera geotérmica chilena.

Por supuesto, el sector eléctrico Chileno aun no se ordena, pero aquellos que hace 40 años decíamos que usando solo energía solar podríamos alimentar con electricidad limpia a Sudamérica, demostramos que no estábamos tan equivocados. Se rieron de nosotros, pero esta historia nos reivindica, y sobre todo, hace un homenaje a aquellos precursores, muchos de ellos sansanos, que buscaron un futuro solar para la Humanidad.

Sansano: Perteneciente a la Universidad Técnica Federico Santa María [N. del E.]

Fuente: USM Noticias.

Pedro Serrano R.

Director Unidad de Arquitectura Extrema, UTFSM. Presidente de Fundación TERRAM para el desarrollo sustentable. Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.

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