Daniel Platovsky – La Ruta de la Seda: más de 2.000 años de globalización
La globalización […] ha existido desde los inicios de la humanidad y tal como lo ha hecho hasta ahora, seguirá en permanente transformación en cuanto a su contenido (productos, servicios, cultura, etc.) y tecnología (de la carreta hasta la revolución digital). Por tanto, el concepto globalización es “patrimonio de la humanidad” al igual que la Ruta de la Seda.
Al escuchar hablar de globalización pareciera ser un concepto nuevo, propio del mundo capitalista actual. Sin embargo, si lo entendemos como un proceso económico, social, político, religioso, cultural y tecnológico que trasciende las fronteras geopolíticas, extendiendo ideas, conocimientos, productos y servicios, la globalización existe desde los inicios de la historia de la humanidad.
En un principio, el hombre solo caminaba de un lugar a otro, limitado por lo que su propio cuerpo y fuerza le permitía, para encontrar el alimento y el agua que requería para vivir. Luego, se produjo el primer gran cambio que incidió en su capacidad para trasladar e intercambiar lo que pescaban, cazaban o recolectaban: la domesticación de animales, como el caballo, el camello y el elefante, los que fueron utilizados como “medios de transporte”. Con posterioridad, se inventó la rueda, lo que generó la posibilidad de alcanzar grandes distancias con menor tiempo y esfuerzo, aumentando así la conectividad humana.
Ambos elementos fueron claves en el desarrollo de uno de los grandes ejemplos de globalización hace más de dos mil años: me refiero a la ruta de la seda, utilizada para llegar a lejanos territorios en búsqueda de la prestigiosa mercancía. Así, los comerciantes del siglo I a.C. recorrieron China, Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y África. ¿Qué mayor ejemplo de “globalización “, que éste en que se unió a todas las grandes regiones y culturas que conformaban el “mundo” conocido en dicha época?
André Leroi-Gourhan, experto en prehistoria, considera esta ruta como “un espacio de intercambios, activa desde el Paleolítico y heredera de la “Ruta del Jade”, cuyos restos se remontan a 7.000 años atrás.
La globalización es un proceso permanente que ha existido siempre, en el que, a través del tiempo, cambia el contenido y la tecnología.
En la historia existen tantas formas de globalización como culturas y sociedades en las cuales se ha organizado el hombre. El Imperio Macedónico, por ejemplo, llegó a estar presente, con las filosofías de Sócrates, Platón y Aristóteles desde Alejandría hasta las puertas de la India. Así mismo, sus dioses, Zeus, Mercurio, Apolo, y tantos otros quedaron plasmados no solo en las creencias sino que también en la arquitectura griega de dichos territorios.
El Imperio Romano es el mejor ejemplo de lo mismo, con diferentes elementos y geografía. Llegó con su ejército y su concepto de “Estado” desde las islas británicas hasta el Oriente Medio, incorporando los barcos, la tecnología que, en este caso, les permitió la mantención y extensión de su globalización. Paralelamente, en Asia sucedía algo parecido con la expansión del Imperio Chino. Hay tantos ejemplos de globalización como imperios construidos en base a conquistas de territorio. El Imperio Británico, desde las islas británicas hasta China, pasando por África, la India y América del norte. Con el descubrimiento de América, que en sí fue un accidente de la globalización, España también se incorpora a ella, y tantos ejemplos más.
La imprenta es uno de los grandes inventos que aceleró el esparcimiento del conocimiento, permitiendo que la cultura, la ciencia y los nuevos descubrimientos llegaran a millones de personas en poco tiempo.
Paralelamente a lo económico, el mundo político fue evolucionando desde una sociedad básicamente feudal, pasando por la monarquía, hasta llegar a la democracia actual, que tuvo su primer impulso con la Revolución francesa. En lo social, después devino la Revolución Industrial, en la cual se establecieron dos grandes elementos que componen el proceso productivo: el capital y el trabajo.
Para analizar la evolución de los distintos aspectos ya mencionados de la sociedad, me parece que lo más apropiado es utilizar el método de análisis del historiador y sociólogo Arnold Toynbee, quien explica los cambios en los valores políticos, sociales, económicos, religiosos, etc., como una dinámica permanente entre los valores de los “grupos emergentes” que se van transformando en “grupos dominantes” y así sucesivamente.
Aplicando esta metodología a lo sucedido con el Imperio Romano, por ejemplo, el cual se fundamentaba en “valores helénicos”, podemos observar como éstos fueron desplazados como consecuencia de las invasiones bárbaras que debilitaron el liderazgo de los grupos dominantes, permitiendo así el ascenso de los cristianos que, como grupo emergente, lograron instaurar sus valores como “dominantes “.
Este proceso permanente en la historia de la humanidad es parte de lo que Toynbee denomina la “civilización”. ¿Qué es la civilización occidental, entonces? Es la globalización de valores dominantes como, por ejemplo, los derechos humanos en lo social, la democracia en lo político, el capitalismo en lo económico y las creencias judeocristianas en lo religioso.
En la segunda mitad del siglo XX, el desarrollo tecnológico, especialmente las telecomunicaciones y la computación, ha tenido un impacto importante en la conectividad humana, que ha significado un aceleramiento de la mencionada dinámica entre los grupos emergentes y dominantes, con sus respectivos valores.
Esta “revolución informática” ha permitido hacer visible a una mayor cantidad de grupos emergentes, algunos de los cuales antiguamente estaban considerados “underground”. Así mismo, “ha incidido en que aunque varios de éstos no alcancen el poder o liderazgo, algunas de sus ideas sí logran posicionarse como valores dominantes. Entre ellos podemos mencionar, por ejemplo, la sustentabilidad unida al concepto de calentamiento global, la diversidad de género junto a los derechos de la mujer y la regulación del “capitalismo salvaje”, entre muchos otros.
La globalización, como indicamos al principio, ha existido desde los inicios de la humanidad y tal como lo ha hecho hasta ahora, seguirá en permanente transformación en cuanto a su contenido (productos, servicios, cultura, etc.) y tecnología (de la carreta hasta la revolución digital).
Por tanto, el concepto globalización es “patrimonio de la humanidad” al igual que la Ruta de la Seda.
Daniel Platovsky T.
Empresario. Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.
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